Ricardo Brodsky. Director del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos.
Resulta difícil describir los sentimientos que a uno lo embargan al conocer la noticia de que el juez Manuel Vásquez certificó el fallecimiento de Fernando Ortiz, atribuyendo su muerte a múltiples fracturas provocadas por las indecibles torturas que sufrió en manos de los ocupantes del centro secreto de extermino de la DINA ubicado en Simón Bolívar 8800, cuya existencia develó el Juez Víctor Montiglio.
Supongo que esa mezcla de sentimientos encontrados, ese dolor e impotencia, combinados con el alivio de una historia de búsqueda que llega a su fin, es ineludible. Cómo no sentir dolor al ver la manera inhumana en que fue tratado ese gentil, caballeroso, valiente e inteligente profesor universitario que fue Fernando Ortiz. Pero al mismo tiempo, cómo no sentir alivio y esperanzas al ver la emoción que están viviendo sus hijas Estela y María Luisa, quienes finalmente podrán sepultar sus restos, acompañadas de sus amigos y compañeros, para hacer vivir los muchos recuerdos de su padre en paz.
Conocí a Fernando Ortiz pocos años antes de su detención, cuando integraba la dirección clandestina del partido comunista. Frecuentaba el departamento en el que vivíamos mi madre y yo en el centro de Santiago, tras el exilio del resto de mi familia, en los años 1974 y 1975. Llegaba ataviado con horrendos disfraces, sombreros, placas que le deformaban el rostro, gruesos lentes que a duras penas le permitían ver. Se pasaba largas horas, a veces tardes enteras, haciendo tiempo para llegar a la hora en punto a un furtivo encuentro en alguna céntrica fuente de soda. No podía arriesgarse a estar en las calles y seguramente prefería romper su monotonía de encierro visitándonos en nuestro pequeño asilo que, por cierto, siempre estuvo abierto para él y unos cuantos otros.
Fernando había sido compañero de generación de mis padres. Estudiantes y luego profesores de la Universidad de Chile, impulsores de la FECH en sus años mozos y de la Reforma Universitaria en su madurez: clásicos especímenes de una clase media progresista del Chile de mediados del siglo veinte: cultos y sobrios. Sin ambiciones de riqueza personal y con sueños enormes y generosos para Chile. ¡Tan distintos de los héroes adinerados de hoy!
Conversábamos habitualmente de lo que estaba ocurriendo en el país. Era consciente como pocos en esos días, que los militares no estaban sólo para terminar con la UP sino que tenían una pretensión fundacional, que el régimen iba para largo y que entonces valía la pena intentar una nueva lectura de la realidad chilena, así como de los errores cometidos por la izquierda durante la época de Allende.
Era particularmente crítico de la ultraizquierda —”Caballo de Troya del imperialismo” la llamaba—, de su discurso apocalíptico y de sus insensatas aspiraciones violentistas.
Conocía, como pocos comunistas chilenos en ese entonces, a Gramsci y admiraba sus conceptos teóricos que alejaban a la política progresista de la conspiración jacobina y la volvían más próxima a la cultura. Estas conversaciones marcaron poderosamente mi propia formación política, alejándome de las tentaciones del aventurerismo para volverme hacia una práctica política racional.
Su arresto y asesinato, y la de los demás miembros de la dirección clandestina del PC encabezada por Víctor Díaz, terminó brutalmente con un equipo de dirigentes que ciertamente habría escrito una historia diferente de su partido y de la oposición a la naciente dictadura.
El recuerdo de Fernando Ortiz ha vuelto para siempre. En verdad, nunca ha dejado de estar presente para quienes lo conocimos, pero su recuerdo era angustioso, doloroso y oculto, como los últimos años de su vida.
Su presencia se hizo patente en 2001 cuando la Mesa de Diálogo permitió identificar restos humanos en Cuesta Barriga, pero su identificación definitiva demoraría años. Ahora regresa con plenos derechos. La atroz muerte que le dieron sus asesinos, así como los intentos por hacer desaparecer su cuerpo, no cumplieron su propósito. Sus huesos, o lo que el tiempo y sus torturadores dejaron de ellos, serán depositados por sus hijas y su viuda María Eugenia Rojas como el tesoro que son, en un lugar discreto pero venerable, protegidos del olvido, al abrigo de un amor tranquilo.
En buenahora, Fernando ha vuelto.
(*) Texto publicado en El Quinto Poder.cl
7/27/2012
Fernando ha vuelto.
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Ecos de una Pesadilla que se Resiste al Olvido: De "El Mocito" a Jorgelino Vergara.
Ignacio Vidaurrázaga Manríquez (*)
A Víctor Díaz López
A fin de cuentas Jorgelino Vergara y Manuel Contreras fueron mocitos de Ricardo Claro y toda esta es la historia reciente que sigue explicando el Chile actual, pesadilla en la que aún vivimos y de la que nos urge despertar. Desde la película “El Mocito” él comenzó a ser conocido en el país y seguramente también en el extranjero, hasta en sus detalles más íntimos de hombre solo y de origen campesino. Recientemente, el libro del periodista Javier Rebolledo “La danza de los cuervos” ha seguido aportando aún mayores elementos de las circunstancias que posibilitaron el encuentro de un joven adolescente pobre y sin ninguna educación, con la intimidad del militar que Pinochet escogería para encabezar las tareas sucias de torturar y exterminar militantes de partidos de izquierda: un cruel y ambicioso coronel de ejército de nombre Manuel Contreras Sepúlveda.
En estos nuevos rebotes de esta historia, una entrevista televisiva ha colocado a Jorgelino respondiendo todo tipo de preguntas sobre esa delgada línea existente entre ser víctima y victimario, tensión que continuamente se plantea en este hombre que de mocito se convierte en agente, que aprende el uso de armas y técnicas de defensa personal sin abandonar, al parecer, nunca las bandejas, la cocina y el trapero.
Hoy, él ya es Jorgelino Vergara, trabajador en lo que sea y sobreviviente de su propia y particular historia. Quizás, ya es muy tarde para que pierda la vida en algún imprevisto accidente que algunos de sus ex colegas de la DINA-CNI pudieran desearle cada vez, que su rostro aparece en esa película, en entrevistas o simplemente en la portada de un libro que comienza muy tempranamente a agotar ediciones.
Los pactos de silencio de los militares y civiles violadores de DD.HH en la DINA y en la CNI no han tenido fisuras frecuentes. Ello explica que transcurridos 22 años del fin de la dictadura y casi 40 del golpe militar, sean menos de 70 los violadores cumpliendo condenas y que la gran mayoría de los restos de los detenidos desaparecidos continúen aún inubicables. El 2007 Jorgelino, buscando demostrar que él no era el asesino del dirigente del PC Víctor Díaz López, posibilitó el procesamiento de 120 agentes por el ministro Víctor Montiglio, ya fallecido. Fue el mismo Jorgelino quien reveló la existencia de un cuartel de exterminio, hasta entonces aun secreto, ubicado en Simón Bolívar 8800, en la comuna de La Reina capitalina. Ese fue su arrepentimiento más contundente y porque no, también su venganza.
Sorprende leerlo, sorprende escucharlo, sorprende verlo. Con pocas expresiones en su rostro, sin titubear en sus respuestas, demostrando una memoria para nombres y situaciones absolutamente inusual, casi como si requiriese desahogar todo lo vivido y contárselo a este país de múltiples formas. Todo para recordarle a dirigentes políticos, a empresarios, a personeros de ese pasado reciente, a la señora Krebs que no hay contexto, ni antecedentes, que “ayude a explicar” los gritos de la militante comunista Reinalda Pereira que con un embarazo de cinco meses pedía morir a sus torturadores en ese fatídico cuartel.
Ni los experimentos con gas sarín en dos ciudadanos peruanos secuestrados, ni la muerte a golpes del profesor Fernando Ortiz, o por asfixia y golpes del martirizado Víctor Díaz.
Hasta el momento, muchos aún prefieren no reaccionar.
Mientras, el ministro vocero del Poder Judicial Hugo Dolmestch con la tranquilidad que lo caracteriza, manifiesta sentirse impactado ante las declaraciones de Jorgelino, y reitera dos cosas muy significativas, sobre todo originadas en su investidura: que Chile requiere más y más verdad y que los procesos de investigación en derechos humanos no tienen fecha de término, porque siguen produciéndose de muy diversa forma nuevos e impredecibles antecedentes.
Jorgelino Vergara no recibe pensión y tampoco tiene protegida su integridad física. Al parecer debe procurarse el pan y vivir el tiempo que le quede improvisando trabajos cada día. Ya sabe leer y completó su cuarto medio. Ya no es el jovencito iletrado que tuvo sus primeras muestras de cariño en la casa de Manuel Contreras, el mismo coronel que jubiló como general, tiene visitas regulares varias veces por semana y recibe su sueldo todos los meses junto con la liquidación de la Caja de la Defensa Nacional. Si es cierto, es muy posible que él muera en las cómodas dependencias donde cumple condenas, las que ya suman más de 270 años.
Jorgelino y Manuel no se han visto hace décadas, sus suertes y destinos siguen muy distintos caminos y sus responsabilidades también.
De la memoria de Jorgelino aparece otro dato significativo que ciertamente nos ayuda a completar el cuadro. El acaudalado empresario Ricardo Claro Valdés, fallecido hace algunos años en medio de sentimientos de pesar extendidos en el ámbito político, social y empresarial nacional, es revelado por el sencillo Jorgelino como financista de la DINA, como caja pagadora, como un buen amigo, casi como si se tratase de un benefactor de las monjitas de la caridad.
Y entonces, uno imagina a todo el resto de poderosos que nunca limpiaron sangre ni cargaron a un “empaquetado” -denominación para un detenido desaparecido-; que tampoco pusieron electricidad en la tortura o borraron huellas dactilares con sopletes, pero sí hicieron sus fortunas al amparo de los 17 años de dictadura.
Algunos fueron agradecidos, aunque con reserva como el señor Claro. Otros, simplemente olvidaron que el modelo económico y las reformas estructurales aun vigentes pudieron ser porque hombres como el “Mamo” Contreras se empeñaron en exterminar resistentes y sembrando el terror.
Jorgelino al nombrar a Ricardo Claro le pone rostro y dirección a la acumulación originaria en diversos sectores de la actual economía nacional. Sus declaraciones son incómodas para muchos, por ello prefieren ignorarlas y seguramente les intranquiliza que los chilenos y chilenas las vean por televisión, o las lean en un libro. En suma, nuevamente y justo en estos momentos de cuestionamientos crecientes al modelo económico, reflota la mala conciencia y lo espurio de su origen, casi como una molesta pesadilla.
Jorgelino Vergara nos recuerda a un campesino llamado Jorge del Carmen Valenzuela Torres, analfabeto y alcohólico que cometió el asesinato múltiple de su conviviente y sus cinco hijos, en una localidad de San Carlos llamada Nahueltoro hace más de 50 años atrás.
Luego, cuando ya era persona la justicia de mediados de los sesenta le quitó la vida fusilándolo. Para entonces, Jorge del Carmen ya había aprendido a hacer guitarras, leer, escribir y relacionarse socialmente e incluso estaba arrepentido. Más tarde, en 1969 su historia sería llevada al cine por un primerizo Miguel Littín en “El Chacal de Nahueltoro”.
Jorgelino es el adolescente huérfano, el menor de doce hermanos de una familia de campesinos pobres, el apenas letrado que encontró en un cuartel del horror lo más cercano a un hogar y familia.
El que pasó pascuas y años nuevos confraternizando con hombres que debían morir en semanas o meses. El mismo que se hizo invisible para todos los importantes, que en esos espacios cumplían con su deber militar de “erradicar el cáncer marxista” porque sólo eso posibilitaría engrandecer los negocios y las fortunas de mecenas como Ricardo Claro, Ponce Lerou, El Mercurio y tantos otros.
En momentos en que desde diversas direcciones de la derecha se intenta tensionar el cómo hacer memoria, cuando se cumplirán 40 años del golpe militar, a Chile le hace bien mirarse al espejo de Jorgelino, con sus verdades y sus inconmovibles silencios. Porque el fin del lucro en la educación tampoco está tan distante de lo que cuenta Jorgelino. Ese negocio de lucro y privatización de la educación, también tiene relación con esos crímenes, que todavía algunos defienden y otros prefieren aún seguir ignorando, aunque Jorgelino se los recuerde con incómodos detalles.
A fin de cuentas Jorgelino Vergara y Manuel Contreras fueron mocitos de Ricardo Claro y toda ésta es la historia reciente que sigue explicando el Chile actual, pesadilla en la que aún vivimos y de la que nos urge despertar.
(*) Periodista
Fuente: Pimera Piedra
Documentl on line: http://historiadetodos.wordpress.com/el-mocito/
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La alianza estratégica Brasil-Venezuela. Raúl Zibechi
El golpe de Estado en Paraguay puso en evidencia los cambios en la relación de fuerzas en la región sudamericana. La respuesta de Brasil de acelerar el ingreso pleno de Venezuela al Mercosur es un mensaje a Estados Unidos. Cuando el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva le dijo a Hugo Chávez tu victoria será nuestra victoria, estaba siendo fiel al libreto de la mayor y más sólida alianza sudamericana, la alianza estratégica entre Brasil y Venezuela.
Cuando Lula llegó al gobierno en 2003 se produjo un salto cualitativo en las relaciones bilaterales. En 2005 se definió la Alianza Estratégica Brasil-Venezuela y en 2007 comenzaron los encuentros presidenciales trimestrales, que se prolongaron hasta 2010, para profundizar la alianza que incluye la integración de infraestructura y la complementación productiva que va más allá de las alianzas clásicas, incluyendo la otra alianza estratégica que tiene Brasil en la región, con Argentina.
Uno de los principales resultados es un fuerte aumento del comercio. De los 800 millones de dólares que intercambiaban en 2003 se pasó a 5 mil millones en 2011. Además estrecharon vínculos institucionales con asesorías en políticas públicas, cursos de formación que incluyeron la instalación del prestigioso centro de pensamiento e investigación IPEA (Instituto de Investigaciones Económicas Aplicadas) y Embrapa (empresa estatal de investigación agropecuaria) en Caracas.
La decisión de mayor peso estratégico fue la sustitución de uno de los ejes de integración de la IIRSA (Iniciativa para la Integración Regional Sudamericana), el Escudo Guyanés, por el Amazonia-Orinoco, donde se implementan proyectos de desarrollo integral que son el paradigma brasileño de cooperación sur-sur, como señala el IPEA. Entre las acciones definidas figura la integración del sistema de transporte terrestre, fluvial y aéreo, la integración energética eléctrica y la posible construcción del postergado Gasoducto del Sur para interconectar Venezuela, Brasil y Argentina.
La finalidad consiste en establecer la interconexión de las cuencas del Amazonas y el Orinoco y la formación de un espacio económico común en el norte de Brasil y el sur de Venezuela, uno de importancia geoestratégica según el relatorio del IPEA de mayo de 2011. El análisis destaca la cantidad y calidad de los recursos que posee la región, entre los que incluye biodiversidad, cuencas hidrográficas, energía y mineral de hierro, entre otros, que despierta diversos intereses y enfrenta una creciente complejidad de actores.
Por último, el estudio apunta que el eje Amazonia-Orinoco crea una nueva frontera de aproximación de Brasil con los países de la cuenca del Caribe en un contexto en que la política externa para la integración regional amplía su área de actuación de América del Sur hacia otras regiones de América Latina y del Caribe. La nueva frontera aparece ligada a la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, impulsada por Brasil en el mismo periodo.
En un lenguaje indirecto los estrategas brasileños insinúan las razones de fondo de esta alianza. Venezuela es la primera reserva de petróleo del mundo, la tercera de bauxita, la cuarta de oro, la sexta de gas natural y la décima reserva de hierro. En el estado brasileño de Roraima, fronterizo con Venezuela, están las mayores reservas de oro, niobio y estaño del mundo, además de importantes yacimientos de torio, cobalto, molibdeno, diamantes y titanio, según el Inventario Mineral del Escudo Geológico de Roraima, realizado por el Ministerio de Minas y Energía en 2003.
Pero lo más importante es que esa región alberga los mayores yacimientos de uranio del mundo, compartidos por Brasil, Venezuela y la Guayana Esequiba, zona en disputa desde 1966 entre Venezuela y la República Cooperativa de Guyana, ex Guayana Británica. Desde 2009 empresas canadienses explotan yacimientos de uranio en esa región, algo que no es visto con buenos ojos por Caracas y Brasilia.
La alianza estratégica tejida bajo el gobierno de Lula busca darle mayor densidad económica, demográfica y política a una de las zonas de mayor importancia geoestratégica del continente. En primer lugar, se trata de una alianza integral, que aborda desde la integración productiva en agroindustria, construcción civil, minerales y metalmecánica, que pasa por la cooperación entre las zonas francas de Manaos y Puerto Ordaz, hasta la infraestructura y la formación de cuadros.
Brasil está contribuyendo a promover el desarrollo industrial de Venezuela para que disminuya su dependencia de las exportaciones de petróleo, de las importaciones de 70 por ciento de los alimentos que consume y de la mayor parte de los productos industrializados, a través de la articulación de las cadenas productivas de ambos países.
En segundo lugar, fortalecer a Venezuela y ocupar la zona fronteriza es una respuesta al Plan Colombia (o sea al Comando Sur), cuya zona de expansión natural es precisamente la Amazonia y, de modo particular, la cuenca de los ríos Orinoco y Amazonas, además de la región andina.
En tercer lugar, Venezuela tiene una fuerte relación económica con China y se abastece de armamento ruso, pero ninguno de esos vínculos es excluyente respecto de su alianza con Brasil. Las multinacionales brasileñas de la construcción, como Odebrecht, realizan importantes obras en Venezuela y a través de Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) se trabaja en proyectos de equipamiento militar.
Se acercan tiempos turbulentos. Una muestra son las declaraciones de Evan Ellis, del Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa, adjunto al Pentágono, sobre las relaciones sino-venezolanas: “En la era de la globalización, tener como consejeros a banqueros chinos es el equivalente de tener consejeros militares de la Unión Soviética en Cuba y Nicaragua durante la guerra fría” (Miami Herald, 9/7/12). ¿Será por eso que militares brasileños celebran el ingreso de Venezuela al Mercosur, a la que consideran la primera línea de defensa de Brasil? (Defesanet, 25/6/12).
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CRITICA AL PROYECTO DE LEY HINZPETER O ANTITOMAS
Florencio Pardo.
La normativa o el proyecto de ley que actualmente se discute en el parlamento, conocida como ley anti-tomas, o Hinzpeter, pretende reemplazar el tipo penal o delito de desórdenes públicos, contenido en el artículo 269 del Código Penal, que actualmente reprime los desordenes públicos con una pena que va de 61 a 540 días de presido menor en su grado mínimo, (norma penal que no define que es o que se debe entender por desorden publico y por ende muy criticada por atentar contra la tipicidad expresa que debe configurar una conducta penada por la ley) por una nueva figura que eleva la penalidad y sanciona el delito de desordenes públicos, con una pena de presidio menor en su grado medio, esto es, de 541 días a 3 años, a quienes participen o hayan incitado, promovido o fomentado, desórdenes o cualquier otro acto de fuerza o violencia que implique: paralizar o interrumpir algún servicio público, tales como los hospitalarios, los de emergencia y los de electricidad, combustibles, agua potable, comunicaciones o transporte. Proyecto de ley del todo criticable, puesto que pretende extender la punibilidad a comportamientos que hoy por hoy no son penalizados, y que evidentemente lesiona las reglas generales y universalmente adoptadas de autoria y participación, puesto que se debe entender, que se debe considerar autor de una conducta ilícita, a quien ha tenido, desde un punto de vista objetivo y subjetivo a la vez, el dominio final del hecho típico. Lo que supone la capacidad y asimismo la posibilidad de decidir acerca de su realización y consumación. Que asimismo, aunque se entendiese que el proyecto Hinzpeter, busca adelantar la intervención penal, creando una especie de delito de peligro para proteger el ORDEN PUBLICO, es del caso, que para ello el bien jurídico que se intenta proteger debiera de ser tan magnitud que solo por esta vía pudiese protegerse, pero en Chile existe el delito de desordenes, asimismo existe el delito de daños, el delito de desacato etc. resultando innecesario la creación de este tipo de delitos.
Por lo que se puede decir, abiertamente que la ley Hinzpeter, extiende y adelanta descontroladamente la intervención del estado y su derecho a castigar, a sujetos que nunca pueden tener el control de hechos ajenos o de terceros, puesto que pretende castigar a quienes “hayan incitado, promovido o fomentado, desórdenes o cualquier otro acto de fuerza o violencia….” recordando que el derecho penal solo debe sancionar conductas exteriorizadas del sujeto y no las ideas o intenciones.
Asimismo, la denominada ley Hinzpeter, sanciona con una pena de presidio menor en su grado medio, esto es, de 541 días a 3 años a quines realicen las conductas de invadir, ocupar o saquear viviendas, oficinas, establecimientos comerciales, industriales, educacionales, religiosos o cualquiera otro, sean privados, fiscales o municipales; impedir o alterar la libre circulación de las personas o vehículos por puentes, calles, caminos u otros bienes de uso público semejantes; atentar en contra de la autoridad o sus agentes; emplear armas de fuego, cortantes o punzantes, artefactos o elementos explosivos, incendiarios o químicos u otros capaces de producir daños a las personas o a la propiedad; o causar daños a la propiedad ajena, sea pública, municipal o particular.
Como es sabido, hoy por hoy las tomas u ocupaciones de recintos, como colegios, universidades, dependencias publicas, no son delito, y por ende nunca se pudo considerar en Tribunales, como delito de usurpación, puesto que los sujetos involucrados, no tienen un animo de apropiarse de los recintos tomados u ocupados, ni tampoco buscan un lucro o beneficio económico y así lo ha estimado reiteradamente la jurisprudencia emanada de los Tribunales de la nación, puesto que además el derecho de propiedad, unos de los supuestos bienes jurídicos protegidos, en Chile se encuentra ampliamente protegido por el derecho registral. De aprobarse esta ley por el solo hecho de tomarse u ocuparse una propiedad, se estaría realizando el delito o verificándose la conducta reprochada por la ley, sin importar que el animo del ocupante no sea el de apropiarse de esa propiedad o de no obtener un lucro y solo tenga la intención de ejercer sus derechos fundamentales, el derecho a la protesta que se traduce y comprende los derechos de expresión, de asociación, de circulación o movilización y de petición a la autoridad de forma organizada, garantizados todos ellos inclusive en la espuria Constitución Política de Pinochet en su articulo N°19.
Respecto del actual delito de desordenes públicos y la reforma que se pretende incorporar por Hinzpeter, hay que agregar, que hasta la fecha, generalmente ante el delito de desorden publico a sus hechores o imputados, se les aplica el principio de oportunidad por parte del Ministerio Publico, es decir, se abandona la investigación o derechamente no es iniciada la investigación por parte de los fiscales, esto en razón de no existir un interés publico, según texto legal, en perseguir este tipo de delitos por la minima penalidad asociada al delito (articulo 170 código procesal penal). De aprobarse la ley Hinzpeter, los fiscales estarán obligados a seguir la investigación hasta la sentencia o salida alternativa (Suspensión condicional del procedimiento o acuerdo reparatorio) si fuere del caso, por haberse elevado la pena de 541 días a 3 años de presidio menor en su grado medio y en este caso, si tener el Estado interés en perseguir este tipo de delitos, según lo ordenado por el código procesal penal.
El proyecto de ley Hinzpeter, inicialmente contemplaba una mordaza para los medios de prensa y comunicación y asimismo lo transformaba, como bien dijo el circulo de periodistas de Santiago, “en un brazo auxiliar de los cuerpos policiales” y colocaba a los informadores que se nieguen a entregar su material de trabajo “bajo el riesgo de ser encausados por obstrucción a la Justicia”. Puesto que facultaba a la Policía el poder solicitar a los medios de comunicación la “entrega voluntaria” de filmaciones, grabaciones o archivos electrónicos sin orden judicial, con el fin de identificar a posibles autores de delitos. Asi mismo señalaron “que este constituía “el peor atentado al ejercicio del periodismo libre desde la instalación del sistema democrático en 1990″. (diario el Mostrador.cl 18 de enero de 2012)
Como se puede analizar, este proyecto de ley no es mas que criminalización del derecho a la protesta ciudadana, y barre con las garantías constitucionales o derechos fundamentales de asociación, reunión, de expresión y petición. Lo que el proyecto de ley busca es penalizar el derecho fundamental de petición a la autoridad organizado ( que se materializa en la protesta, el miting, el reclamo popular). Lo que además viola principios básicos y universales del derecho penal, que toda legislación penal debe respetar y contemplar a la hora de reprochar una conducta o tipificar un delito, como el principio de ultima o extrema ratio (el derecho penal solo se utilizara como medida extrema para proteger bienes jurídicos de suma y elevedadisima importancia) y asimismo el de lesividad (el que exista una grave lesión a un bien jurídico), de aprobarse este proyecto de ley, seria el inicio del camino para la implantación del derecho penal del enemigo en la legislación penal nacional, haciendo caminar a Chile de un Estado de derecho social (supuesto) a un Estado de derecha policial (declarado)
Es hora de manifestarse y de que este proyecto de ley no sea aprobado en el Parlamento, recordando que la soberanía reside en el pueblo y solamente en el pueblo y que solo el pueblo es el único y exclusivo dueño del poder constituyente.
Florencio Pardo Montenegro. Abogado
Estudiante Doctorado Derecho Penal
Universidad de Buenos Aires (UBA)
Tomado de www.elrodriguista.cl
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SAN MARTIN: UNA ESTATUA ESTÁ BIEN, PERO LAS IDEAS SON LO IMPORTANTE.
Ricardo Jimenez A.
“Creen que estamos cansados de pelear y que nuestros sables y bayonetas ya no cortan ni ensartan; vamos a desengañarlos” - José de San Martín
Más allá del debate suscitado por el Perú oficial en torno a las consignas pintadas por jóvenes manifestantes en la estatua a José de San Martín en el centro de Lima, para quienes se solicita una pena de cárcel de hasta cinco años, el hecho es una buena oportunidad para ponerse por encima de los intereses políticos inmediatos y pensar lo importante, lo estratégico, lo formador, conocer y reflexionar sobre quién era y cuáles eran las ideas y prácticas de este personaje histórico, cuyos filos, como se verá, “aún cortan y ensartan”.
Puede ser de interés para quienes honestamente no quieran caer en lo que un cantor popular latinoamericano describía diciendo que “las oligarquías llevan flores a la tumba de los patriotas independentistas cada año, pero para asegurarse de que estén bien muertos”. El desconocimiento y la tergiversación de sus ideas y prácticas, o como ocurre ahora su reducción únicamente a un silencioso monumento de piedra y metal, son precisamente las formas de mantenerlos “bien muertos”.
“Indio”
Aunque el Perú oficial repite algo que es cierto, que San Martín fue importante consolidador de la independencia colonial del Perú, mantiene un silencio sepulcral sobre el hecho fundamental de que fue también precursor de la justicia social para las castas “pardas”, las dominadas, excluidas y despreciadas de ese entonces: afro descendientes, indígenas, y todos sus mestizajes. De manera que eliminó las esclavitudes, servidumbres, encomiendas, mitas, yanaconazgos, e inquisiciones, estableciendo la restitución de tierras indígenas y las escuelas públicas para ellos, llegando incluso su ministro Bernardo Monteagudo a entregarles el poder en milicias policiales, con el escándalo y la oposición de nobles, oligarcas, estancieros, altos comerciantes del puerto y jerarcas eclesiales, quienes finalmente derrocaron y más tarde asesinaron al ministro, y obligaron con ello a la renuncia y el exilio de San Martín.
Hubo razones biográficas para ello. San Martín fue un criollo educado en Colegio de nobles de España, pero pobre, nacido en zona indígena, Yapeyú, y peor aún “moreno”, de fenotipo indígena, por lo que se le reputaba de ser ilegítimo, y sus enemigos le llamaban “indio”, “mestizo”, o “mulato”, con la intención racista de ofenderlo. Pero él toma el nombre de “Lautaro”, el más genial de los jefes militares mapuche, para su Logia conspirativa. Y en ella, para castigar a los que la traicionaran, retoma la pena que los incas daban a los violadores del “acllahuasi”, la casa de las vírgenes del sol, quemar al culpable y esparcir sus cenizas. En septiembre de 1815, se reúne en el Fuerte San Carlos, zona indígena de frontera argentino chilena y parlamenta con los jefes pampas, pehuenches y mapuches, sumándolos a la causa anti colonial. Allí les dice orgulloso: “Yo también soy indio”. En 1819, enfrentando en Mendoza la inminencia de una muy superior ofensiva militar realista, y careciendo de todo tipo de recursos y pertrechos, escribe: “La guerra se la tenemos de hacer del modo que podamos... cuando se acaben los vestuarios nos vestiremos con las bayetitas que nos trabajan nuestras mujeres y si no, andaremos en pelotas como nuestros paisanos los indios. Seamos libres y lo demás no importa nada”.[1]
Marcó del Pont, jefe realista colonial en Chile, al firmar una comunicación para él, antes de la campaña de los Andes, se ríe diciendo a su emisario: “yo firmó con mano blanca, no como San Martín, que la suya es negra”. Más tarde, vencido y prisionero el arrogante español, al ofrecer su espada en rendición, San Martín, ironizando contra su racismo la superioridad del mérito militar, le contesta: “venga esa mano blanca, y deje V.E. su espada al cinto, donde no puede causarme ningún daño”. En el Congreso revolucionario de Tucumán de 1816, donde se declara formalmente la independencia Argentina, se presenta, avalado por San Martín, la propuesta del “Incanato Unido de Sudamérica”, con el hermano de Túpac Amaru II, Juan Bautista, único veterano sobreviviente de la insurrección, como Inca.[2] Al salir con la expedición libertadora del Perú desde Chile, en sendos “Manifiesto” y “Proclama” a los peruanos, escritos con el chileno Bernardo O’Higgins, llaman a “los hijos de Manco Capac… a sellar la fraternidad americana sobre la tumba de Tupac Amaru”. Los documentos son escritos en “dos lenguas”, la versión quechua empezaba así: “Llapamanta acclasca José de San Martín sutiyocc…”.[3]
Entre las primeras medidas de su corto gobierno limeño, estarán las aboliciones de todas las formas de servidumbre y esclavitud indígenas, así como la “libertad de vientres” para los esclavos negros, haciéndose libertad absoluta, si combaten en las filas revolucionarias. Crea la tan incomprendida y calumniada “Orden del Sol”, inspirada en la memoria ancestral andina, y destinada a proteger con pensiones de por vida y hereditarias a los más destacados patriotas y sus familias, que habían sacrificado su vida y fortunas por la causa revolucionaria, de la venganza oligárquica que, finalmente, sí condenó a la miseria y el olvido a Manuela Sáenz, Simón Rodríguez, Juana Azurduy y tantos otros. Era además una medida simbólica revolucionaria para remplazar el privilegio nobiliario y del dinero por el del mérito en la causa libertaria. Bartolomé Mitre, historiador y presidente de Argentina, organizador de la república oligárquica, etnocida y centralista, y declarado enemigo y calumniador de San Martín y Bolívar, se escandaliza de la medida por considerarla propia de indígenas y peor aún... por incluir a las mujeres: “Como complemento de ese plan de aristocracia indígena, hizo extensivos a la mujer sus honores y privilegios”.[4]
El único premio que acepta y conserva a lo largo de su lucha revolucionaria será el “escudo de los Pizarro”, símbolo de 500 años de dominación, que le otorga la municipalidad de Lima, y lo llevara con orgullo a su pobre exilio en Francia, como justiciera venganza sobre los genocidas, traidores y asesinos de Atahualpa. Tras su muerte en 1850, testamentó la entrega del escudo al gobierno de Perú. Y así se hizo en una sencilla ceremonia en la embajada peruana en Francia. Asisten a ella destacados patriotas de varios países latinoamericanos. Entre ellos, el colombiano José Torres, quien seis años más tarde escribirá su famoso poema antimperialista: “Las dos Americas”.
Radical
En su época y circunstancias, fue un radical. Decidido independentista, hace campaña para terminar con las vacilaciones de los patriotas argentinos que aún no se resignaban al paso libertario definitivo, la declaración de independencia. La que finalmente se logra en 1816. "¿Hasta cuándo esperamos para declarar nuestra independencia? ¿No es una cosa bien ridícula acuñar moneda, tener pabellón y cocarda nacional, y por último, hacerle la guerra al soberano de quien se dice dependemos… Los enemigos (y con mucha razón) nos tratan de insurgentes, puesto que nos reconocemos vasallos… Si esto no se hace, el Congreso es nulo en todas sus partes, porque reasumiendo la soberanía, es una usurpación que se hace al que se cree verdadero soberano, es decir, al rey de España" (1816).
En la proclama al Perú con la que comenzó su lucha en ese país, lanzó su inequívoco y significativo primer mensaje a la nobiliaria y aristocrática Lima: “El primer título de nobleza fue siempre el de la protección dada al oprimido”. Consecuentemente, ya en el gobierno, abolió, “por atentatorios a la naturaleza y a la libertad”, la servidumbre de los indios, encomiendas, mitas, y yanaconazgos. También la esclavitud, la inquisición, la censura previa a la imprenta, los azotes en las escuelas y las torturas en las cárceles. Creó una Biblioteca pública a la que donó todos sus libros. Instauró la división de poderes y las garantías individuales. Y todo lo hizo a pesar de estar con los recursos del Estado exhaustos por la guerra, y con las familias notables limeñas en su contra, ya sea por realistas, por disgusto con los sacrificios de la guerra, por odiar sus medidas de justicia social, o por exacerbado chovinismo localista, ligados egoístamente a la primera economía global a través del puerto del Callao y por tanto enemigos del “proteccionismo” soberano y suramericanista del gobierno de San Martín.
Junto con abrir el comercio rompiendo el monopolio absolutista español, declara: “todos los artefactos que directamente perjudican a la industria del país, como son: ropa hecha, blanca y de color, cueros curtidos (sigue una larga lista)... pagarán el duplo respecto de los derechos señalados en los artículos 6, 8 y 9 (Reglamento provisional de Comercio. 28 de septiembre de 1821. Art. 10°). Se protege especialmente a los licores y azúcares. En cambio, se libera de impuestos a las herramientas necesarias para el desarrollo económico (Art. 11°) y se establece un impuesto menor preferencial a los barcos de transporte comercial si son peruanos, chilenos, colombianos o argentinos. Se crea una estratégica “Dirección General de Minería” de carácter estatal. Entre muchas otras medidas del mismo tenor.[5]
Las más odiadas, sin embargo, por la oligarquía limeña fueron sus medidas de justicia social e inclusión hacia las “castas pardas”. Eliminación de los tributos y la servidumbre de los indígenas, bajo pena de expatriación de los infractores (27 de agosto de 1821); abolición de la esclavitud, a través de la “libertad de vientres” (12 de agosto de 1821) y por ingreso al ejército revolucionario (31 de enero de 1822); la compra y préstamo de plata, por parte del Estado para combatir la usura de prestamistas contra los estamentos más pobres; abolición de la inquisición y los castigos corporales; decreto de la libertad de expresión y prensa (13 de octubre de 1821); fundación de la Biblioteca Nacional, Escuela Normal para profesores y Escuelas primarias para todos; Decreto de protección de restos arqueológicos ancestrales, y especial difusión de la “cultura incaica y pre incaica como cultura autóctona americana”; entre muchas otras. La más radical de las cuales fue la creación, por parte de su ministro Monteagudo de las milicias policiales de negros e indígenas, que horrorizó a los aristócratas racistas limeños. [6]
Frente al poder económico
Él, que lo dio todo por la libertad de América, sentía repugnancia por las oligarquías del poder económico y su afán de lucro que les impedía todo compromiso real con la causa de la independencia, la justicia social y la unidad continental, para cuyo soporte más de una vez les expropió los bienes. "Es llegada la hora de los verdaderos patriotas… ni es tiempo de exhortar a la conservación de las fortunas o de las comodidades familiares. El primer interés del día es el de la vida: este es el único bien de los mortales. Sin ella, también perece con nosotros la patria. Basta de ser egoístas… A la idea del bien común y a nuestra existencia, todo debe sacrificarse. Desde este instante el lujo y las comodidades deben avergonzarnos… Desde hoy quedan nuestros sueldos reducidos a la mitad… Yo graduaré el patriotismo de los habitantes de esta provincia por la generosidad… Cada uno es centinela de su vida" (1815).
Tras su triunfo sobre los colonialistas españoles en Chile, la oligarquía santiaguina en pleno le otorga el “premio” de una fortuna en dinero. San Martín entendiendo que se trata de un soborno elegante para comprarlo como servidor de sus intereses, lo acepta y agradece, pero en el mismo acto lo dona íntegramente para construir la primera biblioteca nacional que aún hoy sigue abierta al pueblo chileno en el centro de Santiago.
Muerta su joven esposa de enfermedad, San Martín se dedica a cuidar su pequeña hija. Renuncia a toda intervención política y militar, ya sea en Argentina, donde se traslada, o en Perú. Desterrado, finalmente, de Argentina, Chile y Perú, los países que había liberado, se exilió en Europa. Murió, como Belgrano, como Bolívar, como Artigas, como Manuela Sáenz, como Juana Azurduy, solo, en la pobreza y la calumnia.
Frente a la represión al pueblo
Estando en Chile en preparación de la expedición libertadora del Perú, el gobierno argentino le exigió regresar para reprimir a las provincias argentinas descontentas con el abuso del centralismo de Buenos Aires. En respuesta, escribió: “El general San Martín jamás desenvainará su espada para combatir a sus paisanos”.
En reacción, el gobierno argentino le exige entregue el mando del Ejército de los Andes al que considera propio y ordena regresarlo a Argentina desde Chile. Ante ello, San Martín hace llegar un informe de los hechos, leído a todos los oficiales del Ejército, donde además renuncia. Unánimemente, éstos lo confirman en el mando y en el plan continental, sentenciando: "la autoridad que recibió el general de los Andes para hacer la guerra a los españoles y adelantar la felicidad del país no ha caducado ni puede caducar, pues su origen, que es la salud del pueblo, es inmudable" (2 de abril. 1919). Continuará entonces su lucha sin el respaldo de ningún estado.
Frente a los monumentos
Los monumentos más venerados de su época eran las iglesias. Falto el artesanal ejército de los Andes de pertrechos militares, San Martín mandó a expropiar las campanas de las iglesias y fundirlas para hacer balas y cañones, los cuales hizo cruzar, con toda clase de aparejos, por las montañas nevadas. El sacerdote franciscano Luis Beltrán, cuyo patriotismo lo llevó a ser capellán militar rebelde, y cuyos conocimientos de ciencias exactas, naturales y mecánicas lo convirtieron en Jefe del parque de artillería, al mando de 700 hombres, en el Ejército de los Andes, comentó: “Quiere, el general San Martín, alas para los cañones, pues las tendrán”. La iglesia oficial condenó esta falta de respeto a los monumentos y herejía contra el símbolo del dogma. Así predicaba en los púlpitos de Chile el fraile Zapata en 1816: “…herejes detestables, abortos del infierno, enviados de Satanás, individuos sedientos de sangre y robo… no han de llamarle al caudillo rebelde ‘San’ Martín, porque no es santo, sino Martín a secas…”.
Frente a la oligarquía limeña
Cuando el Congreso peruano, encabezado por el patriota José Sánchez Carrión, llama a Bolívar para terminar la guerra de independencia, ante las indecorosas traiciones del sucesor de San Martín, José de la Riva Agüero, éste escribe a San Martín, pidiéndole que regrese al Perú a enfrentarse a Bolívar.[7]
De la Riva Agüero fue uno de los líderes del llamado “partido peruanista”, chovinista y localista, finalmente constructor de la república oligárquica peruana, centralista, excluyente y racista; y fue uno de los impulsores de la calumnia histórica contra Bolívar y San Martín, lo cual sirve de criterio objetivo para despejar toda duda de la convergencia programática libertaria y justa de los dos grandes líderes revolucionarios patriotas. De la Riva Agüero es, en suma, un perfecto representante de la aristocracia limeña. San Martín le respondió: “Al ponerme usted semejante comunicación, sin duda alguna se olvidó que escribía a un general que lleva el título de fundador de la república del país que usted, sí... que usted solo, ha hecho desgraciado... ¿cómo ha podido usted persuadirse que los ofrecimientos del general San Martín... fueron jamás dirigidos a un particular, mucho menos a su despreciable persona? Dice usted iba a ponerse a la cabeza del ejército... ¿y habrá un solo oficial capaz de servir contra su patria, y más que todo a las ordenes de un canalla, como usted?... Basta, un pícaro no es capaz de llamar por más tiempo la atención de un hombre honrado...”.[8]
· Por Ricardo Jimenez A., sociólogo chileno, residente en Perú. ricardojimenez006@gmail.com
[1] San Martín, José de. Proclama del 27 de julio de 1819. En: Comisión Nacional del Centenario. Documentos Archivo general san Martín. Buenos Aires, Argentina. Coni Hermanos. 1910. 12 Volúmenes. Tomo II, Pág. 42.
[2] El genio político de San Martín. Kraft. Buenos Aires, Argentina. 1950. Ibarguren, Carlos. San Martín íntimo. Dictio. Buenos Aires, Asrgentina. 1977.
[3] Galazo, Norberto. Seamos libres y lo demás no importa. Vida de San Martín. Ediciones Colihue. Argentina. 2000. Todas las citas en el texto que no detallan su fuente, son también tomadas de este trabajo, imprescindible para conocer el pensamiento y práctica de San Martín.
[4] Mitre, Bartolomé. Historia de San Martín. Suelo Argentino. Buenos Aires, Argentina. 1950. Pág. 392.
[5] Instituto Nacional Sanmartiniano (INS). La conducción política del General San Martín durante el Protectorado del Perú. INS. Buenos Aires, Argentina. 1982. T. III. Págs. 11 y 18.
[6] INS. Op. Cit. Pág. 5. y 79. Comisión Nacional del Centenario. Op. Cit. Tomo XI. Págs. 430, 431 y 441. Gustavo, Levene. Historia Argentina. Buenos Aires, Argentina. 1964. 3 Tomos. Tomo II. Págs. 137 y 139. Macera, César. San Martín, gobernante del Perú. J. H. Matera. Buenos Aires, Argentina. 1950. Pág. 372 y 383.
[7] Carta de José de la Riva Agüero a José de San Martín del 22 de agosto de 1823. En: Museo Histórico Nacional. San Martín. Su correspondencia. 1823 – 1850. Buenos Aires, Argentina. 1911. Pág. 337.
[8] Carta de José de San Martín a José de la Riva Agüero del 23 de octubre de 1823. En: Museo Histórico Nacional. Op. Cit. Pág. 338.
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América Latina en Movimiento No 477. Julio 2012
Contenido:
Nuevas realidades juveniles en América Latina - Alberto Croce.
Manifestaciones estudiantiles en Chile. Cultura de la protesta: Protesta de la cultura - Álvaro Cuadra.
Entre la guerra y la protesta: La juventud en México - Daniel Inclán y David Barrios.
Brasil: Protagonismo juvenil ocupa las calles y las redes - Renata Mielli
Huelga estudiantil en Quebec: La América Latina del Norte? - Thomas Chiasson-LeBel y Karine L'Ecuyer
Juventud paraguaya, una historia de resistencias - Fran el toko
Perú, cuando la juventud es ahora. Entre la reproducción de lo viejo y la regeneración - Lucía Alvites S.
Estudiantes universitarios en Colombia- Se piensa la Universidad; se propone un nuevo país desde abajo.
Política y juventud en la Argentina: Emerge la Generación del Bicentenario? - Cristina Feijóo y Lucio Salas Oroño.
Una mirada sobre los jóvenes en América Central - Helio Gallardo
Cuba: Los jóvenes en los nuevos escenarios participativos y de acción social - Adriana Elías Rodríguez.
Alai Juventudes
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7/19/2012
A 33 años de la victoria sandinista: “Los rebeldes tienen que seguir siéndolo después de la toma del poder”
Entrevista con el internacionalista y revolucionario argentino, Darío Amador.
Por Andrés Figueroa Cornejo
“Yo había estado preso en Argentina en 1971, a los 15 años de edad. Mi cumpleaños número 16 me lo festejaron mis captores torturándome 24 horas seguidas”, recuerda Darío Amador, rebelde y fumador empedernido, argentino y políglota, revolucionario de memoria inoxidable, una palabra montada sobre la siguiente, fácil de risa, sin un pliegue delator en la frente. “A fines de los 70’ muchos de los argentinos estábamos exiliados. En mí caso, me hallaba fuera del país por una decisión del Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP, http://www.youtube.com/watch?v=HGciTxTxECw&feature=related). Fue una de las pocas órdenes que no quise cumplir. Pero la propia realidad me demostró que no existía otra alternativa. Con un grupo de compañeros salimos a Brasil donde nos asilamos en la ONU y partimos a Holanda.”
Es temprano en el invierno de Buenos Aires. Mientras arruga un siguiente cigarrillo contra el fondo del cenicero, Darío Amador cuenta que “Para algunos el exilio era una situación sólo de paso; la idea era retornar a Argentina a recomponer lo destruido. Sin embargo, lo que muchos pensamos que podía ocurrir en Suramérica, se dio en Nicaragua, cuando Anastasio Somoza comenzó a debilitarse debido al descontento popular. En tanto, en el exilio el PRT se dividió. Me quedé en el sector de Enrique Gorriarán Merlo (http://www.elortiba.org/gmerlo.html) que deseaba ir a Nicaragua a luchar mediante un acuerdo con los sandinistas. Yo era de la opinión de que había que tomar contacto directo con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Y eso hice. Tenía 23 años. A través del Subcomandante Smith, nicaragüense y representante del FSLN en Europa me enrolé.”
FIN DE LA ‘EXCEPCIÓN’ CUBANA
-¿Qué significados políticos tenía la Revolución Nicaragüense en curso?
“Lo que pasaba en Nicaragua resolvía en los hechos un debate muy profundo respecto de la Revolución Cubana. Un territorio de la izquierda latinoamericana planteaba que la experiencia cubana era irrepetible y excepcional. En cambio, los sandinistas estaban comprobando que esa ‘excepción’ no era tal, y que efectivamente era posible tomar el poder en un país a partir de la construcción de un ejército revolucionario y el empleo de la lucha armada en un período determinado, bajo un contexto específico. En buenas cuentas, Nicaragua confirmaba que lo que habíamos efectuado nosotros en Argentina y tantas otras organizaciones políticas en toda América Latina era la consecuencia lógica de un proceso histórico y la única posibilidad de desarrollar un enfrentamiento real con las burguesías locales y el Imperialismo.”
-¿Y en particular para los revolucionarios argentinos que sufrían una represión inenarrable desde antes aun del golpe de Estado de 1976?
“Cuando se padece una derrota, como en el caso argentino, la crítica y autocrítica necesaria terminan por convertirse en un lamento autoflagelante, en un arrepentimiento de todo lo bueno que pudimos hacer y la exaltación de todos los errores cometidos. Los sandinistas mostraban sin quererlo, que lo de Cuba, si bien no era un modelo para calcar, en términos generales, validaba los métodos utilizados por Fidel Castro. Pero no los restringidos a la lucha armada. El proceso revolucionario cubano estuvo liderado por un movimiento –el 26 de Julio- que incluía a sectores marxistas y a sectores nacionalistas revolucionarios. Es decir, enseñaba la formación de una conducción política diversa.”
-De todos modos ya el Frente Sandinista era una herramienta político-militar bien poco convencional…
“Si bien el FSLN nace de una matriz marxista leninista formulada por su fundador, el Comandante Carlos Fonseca, toma la figura y el legado de Sandino como un eje central de su política. Es preciso recordar que el Frente no siempre se llamó Frente Sandinista de Liberación Nacional. Un tiempo, en los 60’, se denominó simplemente Frente de Liberación Nacional. Después el sandinismo se adquiere como identidad política porque, de alguna manera, condensaba el sentimiento popular, por un lado, y el sentimiento antiimperialista, por otro, muy alejado de los nacionalismos burgueses. Esto es, un nacionalismo ligado a la resistencia contra el imperialismo invasor, la pobreza y la dependencia. Por lo demás, el sandinismo llevó adelante un trabajo muy fuerte con los cristianos. Se trataba de pueblo católico que se incorporó a la lucha armada, pero no yéndose de la letra del Evangelio, sino que inspirada en ella. El sandinismo supo interpretar a su pueblo.”
LA UNIDAD INEVITABLE PARA VENCER
-¿Cuál era la composición política del sandinismo?
“Entonces el sandinismo estaba dividido en tres vertientes. Las tres se denominaban FSLN. Una era la tendencia insurreccional o ‘tercerista’; otra la Guerra Popular Prolongada (GPP); y otra era la proletaria. Se trataba de tres concepciones distintas y bien peleadas entre ellas. Sin embargo, como ocurrió en Cuba, se demostró que para vencer al enemigo la unidad era un paso imprescindible e inevitable. La unidad casi no era una decisión de cada sector: fue una imposición de la realidad que obligaba a unificar fuerzas.”
-¿Y qué tendencia hegemonizaba?
“Ninguna. Se dio una mezcla tan poderosa que resultaron situaciones insólitas. Por ejemplo, los ‘insurreccionalistas’ cobraron más fama en el Frente Sur donde se constituyó prácticamente un ejército de línea (propio de la GPP); mientras que los GPP obtuvieron sus mayores éxitos en las insurrecciones de Estelí, Genoteca. ¡Es decir, insurreccionaron pueblos con el apoyo de las fuerzas de la montaña! La vertiente proletaria desempeñó un papel importante en la formación y la política. Todos cumplieron un rol que fue complementario. Y aquí yo acentúo un nuevo aporte del FSLN al pensamiento revolucionario latinoamericano: la vieja discusión entre GPP o Guerra Insurreccional es determinada por la realidad y sus necesidades. Esto es, la revolución comporta una integralidad que no puede fundarse sobre recetas, libros o manuales. Y la realidad es la lucha de clases, la debilidad y fortaleza del enemigo, los niveles de conciencia del pueblo (que no necesariamente son teóricos, sino de conciencia de clase y requerimientos objetivos).”
LA CONTRARREVOLUCIÓN
-¿Se observaba 1979 como ‘el año decisivo’?
“En 1978 los sandinistas pensaban qué harían para las elecciones del 1980. El 19 de julio de 1979 se precipitó por el accionar del propio FSLN en términos políticas (no se diga ‘militares’. La revolución no se hace ‘con huevos’, se hace con cerebro básicamente.). Y, por otra parte, el contexto internacional todavía permitía en aquella época el apoyo de sectores externos, que no gravitaban sustantivamente en el devenir nicaragüense, pero que permitieron el corte paulatino del apoyo del gobierno norteamericano a Somoza llevado a cabo por Carter.”
-¿Y el factor que constituyó el asesinato de Pedro Chamorro por Somoza?
“Chamorro era el candidato de los yanquis para las elecciones del 80. Era un hombre que disputaba el poder con la dinastía somocista desde una perspectiva liberal burguesa. Su desaparición hace que ciertos segmentos de la burguesía comiencen a mirar al sandinismo como una alternativa ‘no tan terrible’. El sandinismo no apareció diciendo ‘vamos a realizar la dictadura del proletariado’. El primer gobierno luego de la revolución es de reconstrucción del país. Se establece una Constitución que plantea claramente la economía mixta, porque no había condiciones en Nicaragua para un ‘Estado proletario’. En verdad, el proletariado era muy pequeño en relación al campesinado, y la industria era ínfima y dependiente del extranjero, y en particular de EEUU.”
-El gobierno revolucionario debió ‘dar el ancho’ para emprender su estabilización…
“En ese contexto, los sandinistas después del triunfo construyeron un gobierno variopinto, donde estaba hasta Violeta Chamorro, viuda de Pedro Chamorro, que en 1990 ganó las elecciones al FSLN. Recuerdo que en la primera época, Violeta Chamorro tenía dos hijos: uno militaba en el FSLN y el otro era parte de la ‘Contra’ (http://es.wikipedia.org/wiki/Contras).”
-¿Esencialmente qué era la Contrarrevolución?
“Un ejército mercenario basado en los restos de la Guardia Nacional somocista, al que posteriormente se fueron incorporando campesinos por miedo y por la influencia de pastores evangélicos norteamericanos. Los católicos también estaban divididos. Es importante que se considere que el nuevo gobierno sandinista era el que más sacerdotes tenía en su gabinete de todo el planeta.”
“LA REALIDAD SUPERA LAS FICCIONES Y LOS MANUALES”
-¿Cómo entras a Nicaragua?
“Ingresan contingentes internacionalistas de todas partes. Algunos llegamos independientes, solos y solas al FSLN. Otros llegaron organizados, como Gorriarán. De los argentinos ‘solos’, unos partieron al Frente Sur, otros al Frente Norte.”
-¿Cómo fue la recepción a los internacionalistas ‘solos’?
“Buena, porque en la propia dirección nacional del FSLN conformada unitariamente había un mexicano, por ejemplo. Hubo hondureños, costarricenses, panameños desde el principio. Luego el internacionalismo se extendió a chilenos, uruguayos, que eran más que los argentinos y que llegan con una formación distinta, con otras experiencias. Muchos cayeron en la insurrección y después en la lucha frente a la ‘Contra’. Pero para los nicaragüenses el internacionalismo era natural. Nunca existió algún problema por esa condición. Es más, ningún internacionalista se equivocó intentando volcar su protagonismo en la revolución. Todos nos encolumnamos tras la dirección del FSLN. Éramos compañeros de otros lugares que íbamos a colaborar con una revolución legítimamente nicaragüense.”
-¿Los dirigentes del pueblo de Nicaragua pensaron únicamente la revolución en su territorio?
“Aquel que sostenga que los sandinistas nunca consideraron la revolución internacional, se equivoca por desconocimiento o miente. Los sandinistas siempre pensaron que posterior al triunfo en Nicaragua vendría Honduras, porque es un país fronterizo y el propio FSLN se creó allí (Carlos Fonseca, Tomás Borge, etc.), cuando apenas eran no más de 10 nicaraguenses exiliados en Honduras. Costa Rica jugaba el papel de una Suiza Centroamericana donde operaba tanto la CIA, como los sandinistas. A la vez, sabían que El Salvador era un polvorín y que, al igual que en Guatemala, existían condiciones revolucionarias. Y sin perder de vista el caso de Colombia.”
-Pero también Argentina y Chile estaban sometidos a cruentas dictaduras militares…
“Al día siguiente de la muerte de Mario Roberto Santucho (http://www.marxists.org/espanol/santucho/biografia.htm), caído en combate justamente un 19 de julio, pero de 1976, un comando del Ejército Revolucionario del Pueblo de El Salvador arrojó una bomba y tiroteó la embajada de Argentina en ese país. Eso nos sorprendió porque para los argentinos El Salvador quedaba tan lejos del sur y tan cerca de EEUU que siempre nos preguntamos ‘¿Cómo podrá tomar el poder esta gente? La van a bombardear al día después’. Pero la realidad supera las ficciones que transmite la lectura excesiva que no se confronta con la práctica. Hay que leer, cómo no, pero sin dogmatizar jamás. Los manuales se escriben luego de las experiencias, remiten a una situación empírica, concreta y específica y no pueden aplicarse mecánicamente a ningún lado.”
-¿Cuál fue tu puesto en la lucha?
“Uno tenía que estar donde lo demandara el FSLN. Yo venía de la guerrilla urbana, que en Nicaragua era muy difícil. Imagínate que la capital de Nicaragua, Managua, se llamaba ‘Frente Interno’. Se trata de un país muy pequeño. En fin, uno iba a aprender. Ahí viví la experiencia más rica de mi vida, y no solamente por el triunfo. La primera vez que pisé suelo nicaragüense fue en marzo de 1979. Las tareas que me encomendaron tenían que ver con la Inteligencia de las fuerzas revolucionarias y me obligaban a salir y a entrar permanentemente al país. Ya en mayo de 1979, cuando comienza la ofensiva final, me quedé en Nicaragua hasta la victoria y más tarde continué con las labores antes encomendadas.”
-¿Dónde te sorprendió el día del triunfo?
“Yo estaba en el norte de Nicaragua (zona fronteriza con Honduras) el 19 de julio. Allí se encontraba a cargo el Comandante Julio Ramos, quien luego sería el Jefe de la Inteligencia Militar del país. Tanto el Frente Sur, como el Frente Oriental fueron los que en definitiva tomaron Managua.”
-El 19 de julio de 1979 apenas empezaba el trabajo…
“A partir de allí había que construir un nuevo Estado, un nuevo Ejército, una nueva conciencia. ¿Cuál era el problema? Que gran parte de los insurreccionados eran personas sin conciencia política. Y el FSLN fue consolidándose sobre una alianza que hizo con sectores de la burguesía para quitarle todo el apoyo posible a Somoza. Posteriormente se configuró una Junta de Reconstrucción de 5 miembros, donde había dos sandinistas en rigor: Daniel Ortega y Moisés Hassan. Este último era militante sandinista, pero no con las características de Ortega. Al tiempo renunció Hassan, de hecho.”
-¿Qué hiciste en la nueva etapa que se abrió?
“Participé en la creación del nuevo Ejército. No había grados. Mi calidad, junto a muchos, era de asesor. Por otro lado, la lucha para enfrentar a la ‘Contra’ comienza en 1980 organizada por el Imperialismo y materializada en un principio por los mismos coroneles, mayores, agentes de Inteligencia argentinos que nos habían reprimido en mi país de origen. Estaba, por ejemplo, el Coronel Valín, José Osvaldo Riveiro, etc. Su centro de operaciones se situaba en Honduras. Ello era materia de un acuerdo entre la CIA con el Ejército argentino, con Leopoldo Galtieri básicamente. Además de las relaciones del propio somocismo con la dictadura argentina. Existe una foto famosa de ‘Tacho’ Somoza con el Almirante Massera. Hay que recordar que la Guardia Nacional de Somoza contaba con un armamento muy diverso. De Argentina provenía el FAL, piezas de artillería, morteros. Mucho de origen israelí también. Al respecto, los sandinistas tenían una enorme simpatía por la causa palestina. Por eso se explica que un año después del triunfo se inaugurara la Embajada de Palestina en Nicaragua.”
LA IMAGINACIÓN Y LA REBELDÍA
-Es difícil sintetizar todos los aprendizajes obtenidos en una experiencia semejante. ¿Qué contenidos destacarías en especial?
“El proceso revolucionario de Nicaragua demostró que la imaginación de la humanidad, de la mujer y el hombre, debe liberarse, cobrar poder. Los rebeldes tienen que seguir siendo rebeldes después de la toma del poder. Más que antes, incluso. Los rebeldes deben ser flexibles, críticos y autocríticos; poner todo en duda hasta que no se compruebe su efectividad. Si el revolucionario no es rebelde, no puede ser revolucionario nunca. Y si el rebelde no es revolucionario es preciso hacer lo posible para que se transforme en un revolucionario. El revolucionario es un rebelde organizado colectivamente. En este ámbito, los sandinistas fueron muy imaginativos. No había nada de ortodoxia. En 1980, producto de la inmensa campaña de alfabetización realizada, el sandinismo terminó por ganar el corazón de su pueblo. Eso luego sufrió cambios debido a algunos dirigentes sandinistas que se desprendieron del propio sandinismo y porque la guerra y su costo en vidas fue feroz. Las cifras en este sentido son opacas y dolorosas en un país que cuando se llegó al poder contaba con menos de tres millones de habitantes. Los años más duros de la guerra corrieron entre 1982 y 83.”
-¿Qué aspectos y personas relevarías de la participación de revolucionarios argentinos?
“Yo creo que la presencia más destacada fue la jugada por Enrique Gorriarán desde todo punto de vista. El compañero efectuó operaciones y aportes gigantescos a la revolución nicaragüense, sobre todo después de la victoria. Y me refiero campos asociados a la Inteligencia, la Seguridad y la Política Exterior del nuevo Estado. El ajusticiamiento de Somoza, por ejemplo, no fue un acto de venganza ni nada que se le parezca. Ocurrió que Somoza pretendía instalarse en Miami y desde allí dirigir en conjunto la ‘Contra’ con el objetivo de regresar al poder. Y se supo de la autoría de la ejecución de Somoza por la caída de uno de los más grandes guerrilleros que conocí en mi vida que fue el Capitán Santiago (Alfredo Irurzún) y que cayó en esa acción. Todavía hay que recuperar su cuerpo que está en Paraguay. El Capitán Santiago fue uno de los seres humanos más bellos y valiosos que me he encontrado en mis andadas. Lo conocí en 1975. Era un argentino originario de Santiago del Estero. La primera vez que estuve con él en Argentina pensé que me hablaría de política tres horas, y en realidad conversó dos horas de la vida y sólo un rato de política. Él decía que la política no podía estar separada de la vida personal. Primero preguntaba cómo se sentía uno.”
-Es inevitable evocar al Che Guevara frente a un revolucionario argentino…
“Creo que es preciso bajarlo a la tierra al Che Guevara y transformarlo en un hombre común que hizo cosas poco comunes en situaciones poco comunes. Para mí ha habido decenas de miles de Che en América Latina.”
-¿Y hoy?
“No es el tiempo de crear dos, tres, muchos Vietnam porque no hay condiciones. Pero sí es tiempo de crear muchos Che, muchos Santucho, y muchos luchadores anónimos que tengan una conducta coherente con los intereses profundos del género humano, y que supera con creces la lucha armada, que es sólo un método. El hombre y no el arma es lo esencial. No siempre hay que emplear la lucha armada, como no siempre hay que usar la lucha pacífica. Lo que sí está más que claro es que nunca en la historia de la humanidad, ya no sólo del capitalismo, un sector dominante perdió pacíficamente ni se rindió sin pelear. Y la toma del poder no es el objetivo de los revolucionarios. Es el medio para crear una sociedad nueva.”
-¿Y en Argentina en particular?
“Hay que reconstruir el paradigma que se desplomó junto al muro de Berlín y trabajar cotidianamente por la unidad del pueblo.”
19 de julio de 2012
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7/11/2012
Nacionalización y privatización del Cobre. Una historia, nuestro presente, nuestro futuro.
Claudio Lorca - José Ignacio Ponce
1.- Historia y Presente del Cobre.
El 11 de Julio de 1971, fue denominado por el Presidente Salvador Allende como el día de la “Dignidad y la Solidaridad Nacional”. Es bueno recordar en su 41° conmemoración qué paso ése día en nuestro país.
Ése día se nacionalizó la gran minería del cobre, a través de una reforma constitucional que contó con el apoyo unánime del Congreso Nacional. Dicha reforma encontró su soporte fundamental en la resolución N° 1.803 de las Naciones Unidas del año 1962, la cual reconocía “El derecho inalienable de todo Estado a disponer libremente de sus riquezas naturales en conformidad a sus intereses nacionales y en el respeto a la independencia económica de los Estados […] la nacionalización, la expropiación o la requisición deberán fundarse en razones o motivos de utilidad pública, de seguridad y de interés nacional, los cuales se reconocen como superiores al mero interés particular o privado, tanto nacional como extranjero”[iv].
La Gran Minería del Cobre bajo dominio de la Kennecott Copper Company y Anaconda Copper durante 60 años obtuvieron ganancias superiores al valor de todo el patrimonio logrado en Chile durante 200 años. Entre 1920 y 1970 generaron utilidades por más de 5.000 millones de dólares, con una inversión que no superó los 500 millones de dólares. Durante gran parte de estos años el precio del cobre lo fijó EEUU con estas multinacionales, dejando de lado los intereses de Chile y su soberanía.
Pero durante el Gobierno de Allende se recuperó esta riqueza estratégica para el país, se puso a disposición del Estado -llegando a controlar cerca de un 90% de la producción cuprífera- y sus ganancias buscaron ser la base de una política para el desarrollo nacional que, como afirma el entonces Gerente General de Codelco Orlando Caputo, estuviera “orientada en parte significativa a mejorar las condiciones de vida del pueblo chileno, en salud, educación, vivienda y previsión social, así como para enfrentar desastres naturales”[v]. El otro 10% quedó en manos de la pequeña y mediana minería.
El marco jurídico al que hacemos referencia tuvo sus primeros esbozos en el estatuto de inversión extranjera del año 1974, el Decreto Ley (DL) 600, el cual marca un hito en la forma en que el Estado se relacionará con el capital privado, puesto que estableció un sistema de incentivos y beneficios para que los inversionistas extranjeros se instalaran en el país. El objetivo, entre otros, era otorgar un régimen de invariabilidad tributaria, trato no discriminatorio respecto al inversionista nacional, libre acceso a mercados y mínima intervención de la autoridad estatal en las actividades que estos quisieran efectuar.Sin embargo, esto parece lejano ante la realidad que vivimos hoy, cuando el Estado a través de Codelco sólo controla el 30% de la producción cuprífera, mientras que el 70% se encuentra en manos privadas. Pero para “re-privatizar” este sector de la minería se tuvo que emplear una Dictadura Militar que implementara un marco jurídico, el cual, aunque suene paradójico, fue legitimado por los Gobiernos Concertacionistas quienes finalmente permitieron la “desnacionalización” del Cobre con el reingreso masivo de la inversión extranjera privada al área fundamental de nuestra economía.
A su vez, la Constitución de 1980 define, por un lado, que el Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de todas las minas, y por otro, la posibilidad de otorgar concesiones judiciales cuya duración, derechos y obligaciones estaría establecida en una ley orgánica de carácter constitucional[vi]. La Ley Orgánica Constitucional de Concesiones Mineras entrega 4 garantías fundamentales a la inversión privada: a) dado que la concesión minera está protegida por el derecho de propiedad, el titular puede usar, gozar y disponer de ella libremente, pudiendo vender, hipotecar, dar en garantía y/o transmitir hereditariamente; b) es un derecho de duración indefinida, que se va renovando con el pago anual de una patente; c) permite la operación “racional” de una mina, vale decir, la mina opera de acuerdo a la voluntad del titular privado y el Estado no puede imponer controles ni obligaciones de producción; d) ante una eventual expropiación, el Estado debe pagar al contado por el valor total de las reservas conocidas que tenga el yacimiento en cuestión.
Por último el Código de Minería, actúa como ente regulador de la formación y extinción de las concesiones mineras.
Sin embargo, el nuevo marco regulatorio no trajo los resultados esperados para quienes lo propiciaron. La nueva institucionalidad legal no acarreó la entrada apabullante de nuevos capitales al país. En efecto, entre los años 1974 y 1988 el promedio anual de inversión extranjera, bajo el DL 600 fue sólo alrededor de los 90 millones de dólares en exploración. Así, Codelco seguía produciendo cerca del 90% del cobre y, contrariamente a lo profesado por los ministros de Pinochet, aún con el descenso del precio del cobre, la estatal se mantuvo como la principal afluente de ingresos a la Dictadura.
Fue durante los Gobiernos de la Concertación donde se profundizó y consolidó este proceso. Tal como señala Agacino, durante los últimos 20 años, hemos estado en presencia de una “privatización y desnacionalización de facto”[vii] de la minería cuprífera. Privatización causada por la débil política de desarrollo minero estatal que se arrastra de la Dictadura de Pinochet y que la Concertación profundiza. Desnacionalización por las ventajas institucionales otorgadas a los inversionistas extranjeros, que permite que sean ellos, los principales favorecidos del auge minero a partir de 1990.
Cuando las grandes empresas transnacionales aseguraron que las reglas del juego no se modificarían durante la Concertación, comenzaron a invertir fuertemente en el país, formando en pocos años la Gran Minería Privada (GMP), que compitió en mejores condiciones frente a Codelco. Esta competencia desigual se materializó en una deliberada política de estrangulamiento financiero a Codelco, mediante severas cortapisas a su expansión, destacando la postergación en la entrada en producción de distintos yacimientos como Radomiro Tomic, Mansa Mina y El Abra. Esta última entró, finalmente, en producción en 1996, pero con 51% bajo control de capital privado.
Como vemos con el caso de El Abra, mientras se frenaba la producción estatal, se fomentó la inversión de capitales privados y una explotación intensiva de los yacimientos por parte de las empresas transnacionales, cuyo resultado fue la sobreoferta de cobre en el mercado mundial. Provocando una caída en el precio del metal y el menor retorno de divisas al país.
Tenemos con esto, que si para el año 1990 Codelco producía cerca del 90% del cobre en Chile, para el año 2010 su producción cayó al 30%.
Para consolidar este nuevo y privilegiado trato con las mineras privadas, se cambió el régimen de tributación de renta presunta por el de renta efectiva. La diferencia radica que, en el último, las empresas cancelan de acuerdo a sus “utilidades” y no a las “ventas” como en el primero. Como se debe pagar en base a las utilidades, las mineras privadas disminuyen artificialmente sus ingresos y abultan sus costos para generar pérdidas contables en sus balances anuales, gracias a la elusión que le permite el mismo régimen tributario chileno[viii].
Según un estudio publicado por Cenda, vía el DL 600 la GMP ha invertido en el país entre los años 1990 y 2011 la cantidad de 25.000 millones de dólares y sólo en el año 2010 obtuvieron ganancias por 20.000 millones de dólares. Es decir, en un año recuperaron casi toda la inversión que han efectuado durante 37. En el mismo estudio, se evidencia que entre el periodo 2005 y 2009 obtuvieron ganancias por 76.000 millones de dólares, triplicando en ganancias su inversión total[ix].
En este marco, el rol de la minería cuprífera ha seguido ocupando un rol central en los ingresos fiscales. En efecto, en el último año esta ocupó un 21%, donde sólo el 8% lo aportan las mineras privadas y el 11% lo sigue aportando Codelco[x].
Como vemos, tanto en el pasado como en la actualidad, la producción de cobre ocupa un rol central en la economía y de los ingresos fiscales de nuestro país. Sin embargo, tras la Dictadura Militar y durante los Gobiernos de la Concertación, ya no se puso en el horizonte el objetivo de impulsar una diversificación de la economía que permitiera generar una progresiva independencia productiva de la mera exportación de materias primas, por el contrario la dependencia económica en torno a las exportaciones de recursos naturales y de la minería, en especial, se intensificó, de allí que hoy día el rol de esta área económica bordee el 25% del mismo[xi]. En síntesis, la minería cuprífera sigue siendo nuestra “la viga maestra” y el “sueldo de Chile”.
2.- Realidad chilena y una perspectiva de crítica y acción.
Pero lo paradójico, es que el crecimiento económico experimentado en los últimos años, principalmente al alero de la sobreexplotación del Cobre, está dislocado del desarrollo social de nuestro país. Mientras existe un grupo minoritario de la sociedad, compuesto por empresarios nacionales y extranjeros, que se enriquece con la extracción de los recursos naturales, también hay una gran mayoría de la sociedad que ve precarizada constantemente sus condiciones de vida. Sólo si tomamos en cuenta estos niveles de polarización y desigualdad se puede comprender el profundo malestar social[xii]. Cuestión expresada en una seguidilla de movilizaciones sociales de distinta índole que han cubierto el calendario desde Enero del 2011 hasta hoy día. Que a nivel mundial, está acompañado de una crisis económica capitalista que se arrastra desde el 2007 y continúa profundizándose en la actualidad, lo que hace prever que la desigualdad, descontento y movilización se mantendrán en el mediano plazo en nuestro país.
En este marco, gran parte de la ciudadanía chilena se hastió con el Régimen Político-Institucional que amarra el patrón de desarrollo capitalista vigente. Así, han aparecido críticas al “sentido común” que se vino instalando durante los últimos 40 años y la opinión ciudadana generaliza cuestionamientos a los elementos centrales de la sociedad chilena[xiii]. Por lo mismo, ya no son sólo los estudiantes quienes instalan en el debate y agenda pública las demandas de Educación Gratuita, Reforma Tributaria y Re-nacionalización del Cobre, sino que gran parte de la ciudadanía y los sectores más precarizados, las hacen suya progresivamente. Es así que la demanda de Educación Gratuita cuenta, según diversas encuestas, con un 70% de aprobación popular.
Pero la más relevante con respecto a nuestro análisis, tiene que ver con el amplio apoyo que despierta la demanda de la “Renacionalización del Cobre”, tras la movilización estudiantil. Es reveladora la Encuesta CERC realizada en Diciembre del 2011, donde se consultaba a raíz del conflicto Codelco-Anglo American, preguntando si es que se apoyaba o rechazaba la Renacionalización de las grandes empresas mineras. Tras ser ordenados los datos según intención de voto, los resultados revelaban que entre los adherentes a los distintos Partidos Políticos, en ninguno de los casos la aprobación de la Renacionalización de dichas empresas bajaba de un 60%, más aún esta llegaba a un 69,8% en promedio, mientras que los detractores de ella no promediaban más del 10%[xiv]. La Encuesta nos revela lo siguiente:
1) La política económica y cuprífera es, al menos, cuestionada por una mayoría de los chilenos y chilenas.
2) que la política impulsada por el conjunto de los Partidos Políticos, sin exclusiones, participantes de la actual institucionalidad que no tiene concordancia con lo que esperan sus adherentes.
3) y en el marco de una sociedad insatisfecha, que comienza a cuestionar las desigualdades que efectivamente les muestra el capitalismo, el control Estatal del Cobre es entendida como una posible medida para solucionar los diferentes problemas sociales.
4) En base a lo mismo, la “Renacionalización del cobre” y, porque no decirlo, de muchos otros recursos naturales se convierte en una demanda “sentida por la gente”, y apoyada, especialmente, por los sectores populares y medios del país.
En base a todo lo dicho, queremos rematar el artículo haciendo una reflexión política. La crisis estructural y global que vive el capitalismo, que golpeará más temprano que tarde una economía tan “abierta” como la chilena, exige comenzar la construcción de una alternativa política que cuestione a ése modelo, que cíclicamente entra en crisis y que, incluso, en su fase de desarrollo “normal” es incapaz de resolver los problemas sociales. Por el contrario, suele generar nuevos y más complejos. Como sostuviera un dirigente estudiantil del 2011, esto nos obliga a avanzar y dar un paso más allá de la crítica[xv], para disputar el poder en todos los espacios, como sostuviera otro[xvi], desde afuera, aunque también desde adentro, pero siempre en contra y a pesar de la institucionalidad como hemos sostenido[xvii].
Pero este objetivo, creemos, se puede lograr poniendo, urgentemente, el acento en la reconstrucción del tejido social, que se viene desarrollando desde hace tiempo, pero que debe constituirse en el soporte principal de la acción superadora del capitalismo. Por ello, creemos, que ésta debe ser la concordancia estratégica de las fuerzas críticas a este sistema social, fomentándola a través de la democratización, inclusión y participación constante de dichos espacios. Esto último es vital, porque, tal como develó el movimiento estudiantil, es en esos espacios amplios, de discusión y organización, donde se expresan las necesidades que hoy día buscan las mayorías sociales y que son insatisfechas por el capitalismo. Por ello, compartimos lo dicho por Carla Amtmann, que “el programa de la izquierda está hoy en los cientos de miles de carteles que se han levantado en las movilizaciones y en los petitorios sectoriales que se han venido trabajando durante años” y que la síntesis de estos elementos serán el primer paso en la lucha contra el “sentido común” capitalista actual.[xviii]
En este marco, creemos que la lucha por la “Renacionalización del Cobre” emerge como una demanda clara, sentida, pero más importante aún, aceptada por gran parte de la población de nuestro país. De allí que hoy, juegue un rol importante como eje articulador de la voluntad de lucha entre las distintas agrupaciones de izquierda[xix], tal como lo fue la demanda por Educación pública, gratuita y de calidad. Quizás en la misma acción, discusión y organización del pueblo esté el germen del nuevo proyecto histórico que abra las grandes alamedas donde finalmente camine el hombre libre, como tanto añorara el Presidente Salvador Allende y todo el pueblo que lo llevó a la Moneda.
[i] Algunas de estas reflexiones son parte Claudio Lorca y Pedro Núñez. El desarrollo de la gran mineria del cobre en chile. la politica adoptada en los gobiernos de la concertacion (1990-2010). Tesis para optar al Grado de Licenciado en Historia y Ciencias Sociales y Licenciado en Educación, Universidad de Valparaíso, Valparaíso, 2012.
[ii] Profesor de Historia y Ciencias Sociales por la Universidad de Valparaíso, Chile.
[iii] Profesor de Historia y Ciencias Sociales e Integrante del Taller de Historia Política de la Universidad de Valparaíso, Chile.
[iv] Resolución 1803, de 1962 (ONU) (Soberanía permanente sobre los recursos naturales).
[v] Orlando Caputo y Graciela Galarce De la nacionalización del cobre por Allende a la desnacionalización por la dictadura y la Concertación. Consultado el 7/7/2012 en: http://www.g80.cl/noticias/columna_completa.php?varid=1259
[vi] Constitución Política de Chile, 1980, inciso 7°, N° 24, art. 19
[vii]Agacino y otros (1998) Capital Transnacional y Trabajo, Santiago: Lom, p.249
[viii]Las empresas transnacionales a partir del cambio de “renta” comienzan a eludir el pago de tributos, para esto disminuyen sus ingresos a través de la venta a bajos precios de transferencia y la venta de producción con bajo valor agregado. También, abultan los costos mediante solicitud de créditos con empresas relacionadas o de los mismos empresarios, por medio de contrato de asesorías, ventas de cobre a futuro y la aplicación de depreciación acelerada.
[ix] Riesco, Manuel (2010) “Tributación y ganancias de la Gran Minería en Chile: 2005-2009”, Cenda (Junio), p. 13
[x] Anuario de Cochilco, 2010. Consultado el 8/7/2012 en: http://www.cochilco.cl/productos/anuario.asp
[xi] Manuel Riesco. Dementia. Consultado el 7/7/2012 en http://economia.manuelriesco.cl/2012/05/dementia.html
[xii]Albarto Mayol y Carla Azócar Politización del Malestar, Movilización Social y Transformación Ideológica: el caso “Chile 2011”. Consultado el: 8/07/2012. En: http://www.albertomayol.cl/wp-content/uploads/2011/11/Articulo-Mayol-Azocar-Polis.pdf
[xiii] Esta idea la desarrollamos en un análisis de José Ponce. “La crisis del sentido común de lo político”. Disponible en dos partes:http://www.lemondediplomatique.cl/La-crisis-del-Sentido-Comun.html y http://www.lemondediplomatique.cl/La-crisis-del-Sentido-Comun,1639.html. Publicado en la web a mediados de Julio del 2011.
[xiv] Véase Encuesta Cerc “Barómetro de la Política.” Diciembre 2011. Consultada el 6/7/2012 en http://www.cerc.cl/pdf/BarometroPoliticaDiciembre2011.pdf
[xv]Aquiles Hernández (ex-Vicepresidente FEPUCV 2011). Avancemos. Consultado el 7/7/2012 en http://www.g80.cl/noticias/columna_completa.php?varid=15458
[xvi] Sebastián Farfán (ex–Sec. Gral. FEUV e integrante Mesa Ejec. Confech 2011). Izquierda, izquierdismo y las elecciones. Consultado el 5/7/2012 en http://www.g80.cl/noticias/columna_completa.php?varid=15382
[xvii]José Ignacio Ponce. Las municipales y la Izquierda en el nuevo ciclo de lucha. Aparecido en http://www.g80.cl/noticias/columna_completa.php?varid=15257
[xviii] Carla Amtman “Tareas para un despertar en la Izquierda”. Publicado en Le Monde Diplomatique, Edición Número 129, Año XI, Mayo 2012. Manuscrito facilitado por la Autora. p. 2
[xix] Un ejemplo importante de esto es la Movilización Convocada por la Confech para el 11 de Julio del 2011 y el “Manifiesto por la Soberanía” firmado por una gran cantidad de organizaciones sociales. Sobre este último véase: http://www.lemondediplomatique.cl/MANIFIESTO-POR-LA-SOBERANIA-11-DE.html
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Análisis de coyuntura mayo 2012
Si hay algo que desde hace un tiempo puede constatarse en el escenario político nacional es que, paralelamente a la irrupción y auge de la iniciativa mostrada por distintos segmentos sociales, los tecnócratas y mercanchifles que habitan los espacios formales de la política durante los causes “normales” de la sociedad capitalista (gobierno, ministerios, Parlamento, municipalidades, tribunales einstituciones del Estado en general) tienden cada vez más a vivir en un mundo paralelo. Incapaces de encarar las fisuras en el consenso de las clases dominantes que poco apoco comienzan a salir a la luz de la superficie, prefieren sumirse en sus propios “reality shows” de comisiones investigadoras y amenazas de acusaciones constitucionales.
Análisis de coyuntura mayo C
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Movilizaciones sociales: coyuntura y aperturas políticas del período.
Rafael Agacino
El movimiento estudiantil puede anticipar el futuro en varios sentidos pero hasta ahora no essíntoma, o más bien dicho no es representación, de un robusto proceso de movilizacionessociales de impronta rupturista con el modelo neoliberal ni menos con el capitalismo. Eso está muy lejos aún. Dejando de lado el vergonzoso papel de la dirigencia de la CUT y de los partidos que la controlan, no veo que el movimiento de trabajadores esté en un proceso acelerado de constitución como actor político-social gravitante ni tampoco que esté participando, activa y masivamente.
MovSoc-AperPoliticas
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Un Marco conceptual para el estudio de las clases soc en el Chile Actual
Alejandro Saavedra Peláez
Este texto escaneado es un intento de aporte a la mejor reflexión política sobre el Chile actual. En ningún caso busca pasar a llevar al autor. Es por eso que junto con ponerlo a disposición de quién lo necesite informamos que el texto “de carne y hueso" está disponible en GIA (Grupo de Investigaciones Agrarias), Rafael Cañas 39, 2° piso, Providencia, Santiago de Chile, teléfonos (+56 2) 244 3832 / 244 3833 por la suma de $6.000.
Un Marco conceptual para el estudio de las clases soc en el Chile Actual - Alejandro Saavedra Peláez
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Red de empresarios, políticos y hombres públicos detrás del lucro en la educación.
Por María Olivia Mönckeberg.
Ex ministros del régimen militar influyentes empresarios cercanos al Presidente Sebastián Piñera, sin mencionar los vínculos de actuales secretarios de Estado con distintas instituciones, aparecen en el listado que la Premio Nacional de Periodismo 2009 dio a conocer en una presentación realizada en la Universidad de Chile y a la que asistieron estudiantes e integrantes de la comisión investigadora del tema en la Cámara de Diputados.
Mostrar cómo opera el millonario negocio de las universidades privadas, pero esta vez con los nombres y apellidos de quienes se benefician del lucro en la educación superior. Ese fue el objetivo de una presentación que elaboró la Premio Nacional de Periodismo 2009 y directora del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, María Olivia Mönckeberg y que dio a conocer frente a un auditorio lleno de estudiantes en la Universidad de Chile.
Con ella, estaba el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), Gabriel Boric, mientras que en el público observaban los diputados Rodrigo González (PPD) y Alejandra Sepúlveda (PRI), ambos integrantes de la comisión investigadora de la Cámara que indagó sobre el tema y de la cual surgió un informe que apuntó a varias instituciones que estarían vulnerando la ley, el cual fue desestimado por el ministro de Educación, Harald Beyer.
Durante la actividad realizada la noche del lunes en dependencias de la Facultad de Economía y Negocios de la U. de Chile (FEN), que fue organizada por el Centro de Estudios de la FECh (Cefech) y la Comisión de Estudios de Proyectos de Ley (CEPLE), María Olivia Mönckeberg, autora de los libros La privatización de las universidades (2005) y El negocio de las Universidades en Chile (2007), apoyada con un PowerPoint, efectuó una presentación que tituló “Quienes están detrás del lucro”. En ella dio a conocer una larga lista de significativos nombres presentes en la propiedad y dirección de algunas de las principales universidades privadas.
La lista comenzó con Herman Chadwick, hermano del ministro Secretario General de Gobierno, Andrés Chadwick y primo del Presidente Sebastián Piñera. Lo anterior, porque el actual presidente del Consejo Nacional de Televisión, preside la junta directiva de la Universidad de Las Américas (UDLA), una de las más cuestionadas en estos días a propósito del debate sobre el lucro.
El vicepresidente del Consejo y rector de la UDLA es José Pedro Undurraga, del grupo Inacap-Universidad Tecnológica. Otros integrantes de la junta directiva de Las Américas son el ex ministro de la Segpres Genaro Arriagada, el periodista Manfredo Mayol, los ingenieros comerciales Fernán Gazmuri Plaza y Jorge Selume; este último —recordó María Olivia Mönckeberg— fue decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Chile, cuando estaba intervenida en la dictadura y ex director de Presupuestos de Pinochet.
La presentación destaca a Jorge Selume, quien fue por largos años socio de Alvaro Saieh —el dueño de Corpbanca y Copesa—, como un hombre clave del grupo Laureate. Este conglomerado actualmente en manos del Fondo de Inversiones estadounidense KKR, además de Las Américas, es dueño de la Universidad Andrés Bello, del Instituto Profesional AIEP y de la Universidad de Viña del Mar. Silvan, ligado al mismo holding, adquirió también la Escuela Moderna de Música.
Asimismo, la periodista afirmó en la presentación que Selume se desempeña como presidente de la junta directiva del Instituto AIEP y como vicepresidente de la Universidad Andrés Bello.
La actividad de grupos empresariales en el “mercado de las universidades” ha continuado en los últimos años, comentó la periodista. “En Valparaíso, la Universidad de Aconcagua fue adquirida en 2007 por el grupo empresarial de Gonzalo Vial Vial —productor de pollos y dueño principal de Agrosuper, el mismo de la planta de cerdos de Freirina—, que fusionó esa universidad con la de Rancagua”.
La prorrectora de la UDLA, anotó, es Paulina Dittborn, ex vicepresidenta del Consejo Superior de Educación, también del grupo Inacap que controla la Universidad Tecnológica.“Ella pasó del Consejo Superior de Educación y de Inacap a ser prorrectora de la U. de Las Américas. Está casada con el ex ministro de Educación de Pinochet, Juan Antonio Guzmán Molinari, dirigente de la Sofofa”, explicó María Olivia Mönckeberg en la presentación. Y agregó otro dato: “Guzmán Molinari preside actualmente la junta directiva de la Universidad Andrés Bello”.
De igual forma, indicó la expositora que en la junta directiva de la Andrés Bello están, entre otros, el ex vicepresidente de Conicyt en dictadura, Manuel Krauskopt; el economista Oscar Guillermo Garretón y el abogado Julio Bustamante, ex superintendente de AFP.
María Olivia Mönckeberg recordó que en 2009 el grupo Laureate adquirió la Universidad de Viña del Mar, por la que pagó más de 14 millones de dólares a la sociedad Norte-Sur, encabezada por Vicente Caruz, quien trató después de comprar la Universidad Central. Pero esa negociación fue detenida por la movilización de estudiantes y académicos durante 2011.
Santo Tomás y el vínculo de Carlos Larraín
Continuó la periodista con la mención a Juan Hurtado Vicuña, líder de uno de los principales grupos económicos actuales, quien “compró” en 2009, junto al fondo de inversiones Linzor, la mayoría de las acciones de la Corporación SantoTomás: la entidad creada por Gerardo Rocha que incluye la UST, instituto profesional, centro de formación técnica y colegios.
Hurtado es el presidente de Entel —explicó—, accionista de Pucobre y del Consorcio Nacional de Seguros, uno de los grandes beneficiados con las privatizaciones de ex empresas públicas, y dueño de inmobiliarias, actualmente involucrado en la reconstrucción de Talca. “Es también cuñado del senador y presidente de RN Carlos Larraín, quien reconoció en una entrevista que tenía intereses en una universidad”, agregó.
En tanto, señaló, el inversionista Tim Purcell fundador de Linzor Capital y José Said, dueño de la Isapre Cruz Blanca, controlador de Embotelladora Andina y de Parque Arauco, son socios de Linzor Capital y ahora de la Corporación SantoTomás. “El presidente de Santo Tomás es Juan Hurtado y en el cargo de director ejecutivo nombró a su brazo derecho, Marcos Büchi Buc, hermano del ex ministro de Hacienda de Pinochet Hernán Büchi”.
UDD, ministros ex socios y redes con la UDI
Justamente Hernán Büchi, quien fuera candidato a la Presidencia en 1989 contra Patricio Aylwin, es el presidente de la junta directiva de la Universidad del Desarrollo y hoy es uno de los socios de la UDD.
Joaquín Lavín, actual ministro de Desarrollo Social, fue fundador y socio hasta el momento de asumir el ministerio de Educación en marzo de 2010. Los otros socios y directivos —recordó María Olivia Mönckeberg— eran el ministro de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), Cristián Larroulet, y Federico Valdés Lafontaine, presidente de Azul-Azul y actual rector, quien se mantiene como socio de la Corporación y de la Inmobiliaria Ainavillo.
También comparte la propiedad de la UDD el grupo Penta, el cual tiene bancos, empresas aseguradoras e inmobiliarias, dijo la periodista, quien indicó que sus máximas figuras, Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, son parte del directorio. Todos miembros o cercanos a la UDI.
Universidades, Sonda y la planta de Freirina
Los antecedentes entregados señalan, además, que parte de los antiguos dueños de la Universidad Andrés Bello y sus inmobiliarias, entre quienes están el fundador de la UDI Luis Cordero Barrera y el empresario Andrés Navarro, dueño principal de Sonda, tomaron el control de la Universidad San Sebastián, junto a Alejandro Pérez y Luis Ernesto Videla, quien murió junto a otros miembros del directorio en un accidente aéreo en marzo de 2010.
Cordero, Navarro y Pérez controlan, asimismo, AB Inmobiliaria, sucesora de Inmobiliaria Andrés Bello. En la San Sebastián hay también importante presencia UDI.
La actividad de grupos empresariales en el “mercado de las universidades” ha continuado en los últimos años, comentó la periodista. “En Valparaíso, la Universidad de Aconcagua fue adquirida en 2007 por el grupo empresarial de Gonzalo Vial Vial —productor de pollos y dueño principal de Agrosuper, el mismo de la planta de cerdos de Freirina—, que fusionó esa universidad con la de Rancagua”.
Por otro lado, los dueños del preuniversitario CEPECH, adquirieron en 2009 el 60 por ciento de la Universidad de Ciencias de la Informática, Uncinf. Este grupo nació del preuniversitario de la Fecech en los ‘80, uno de los tres mayores del país, enfatizó. Entre sus fundadores está el secretario general de la Empresa El Mercurio y editor del diario de Agustín Edwards, Carlos Schaerer.
La familia del ministro Ribera y la U. Autónoma
Como ha informado El Mostrador, el ministro de Justicia Teodoro Ribera Neumann está estrechamente ligado a las universidades privadas.
María Olivia Mönckeberg recordó que en su libro El negocio de las universidades en Chile (Debate, 2007) incluyó un capítulo titulado “La autónoma universidad de los Ribera” en el que da cuenta de esta relación y de la historia de la Universidad Autónoma que nació como una aparente corporación regional y hoy pertenece a la familia del ministro. “Su padre Teodoro Ribera Beneit preside la junta directiva, su hermano Jaime Ribera Neumann es el secretario general y el actual ministro era rector y principal motor hasta entrar al gabinete en julio de 2011”, anotó sobre esta universidad que ha tenido elevadas ganancias según cifras oficiales.
Finalmente María Olivia Mönckeberg se refirió a la Universidad Mayor, en cuyo directorio históricamente ha estado un grupo de ex ministros de Augusto Pinochet, encabezados por Ricardo García Rodríguez, su histórico presidente. Los ex ministros Jorge Prado Aránguiz y Sergio Melnick también son parte de su junta directiva”.
Y comentó que su rector, Rubén Covarrubias, encabeza los movimientos en pro del apoyo estatal a las privadas, junto a otro de los directivos y socios René Salamé, actual vicerrector académico y el último ministro de Educación de Pinochet, entre 1989 y marzo de 1990.
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