12/27/2009

Discurso de Marco Enríquez-Ominami, la noche del 13 de diciembre del 2009.

Queridos compatriotas, mujeres y hombres libertarios que me han, que nos han acompañado esta noche:
Esta mañana fui con mi hija menor a visitar la tumba de un hombre al que no conocí, mi padre, Miguel Enríquez, quien fue asesinado por la dictadura en 1974. Les expliqué Manuela, mi hija, que mi padre murió luchando por un Chile más justo. Le dije que su abuelo murió siendo aún más joven que su padre, Miguel murió cuando tenía 30 años. Que al igual que yo, no tenia posesiones materiales, que al igual que yo, combatía, como lo hago a nombre de los que me acompañan aquí, por ideales y convicciones. Esta mañana, confieso, hubiera querido poder abrazar a mi padre como abracé a Manuela.

Chile cambió y ha sido nuestra candidatura la que ha acelerado ese cambio. Y ya nada será igual que antes. Me siento orgulloso de haber sido para algunos el mensajero, para otros, desde hoy, el portavoz de ustedes y de sus sueños, de haber participado en la construcción de una épica, de una proeza en la que todos ustedes fueron constructores, arquitectos y motores. En estos meses hemos escrito, quizás, una de las páginas más bellas de nuestra historia, quizás, una de las páginas más leídas por la prensa internacional, quizás, una de las páginas, que muchos que los que no están, hubieran querido leer con sus propios ojos. A todos ustedes, que han hecho esto posible todo esto gracias, y muchas gracias.

A mis dos hijas, quiero pedirles perdón, estuve ausente y sé que no estuve bien, ya recuperaremos el tiempo perdido este verano, y estaremos juntos, sin abandonar ni un milímetro este combate por modernizar la política y por hacer de Chile un país más justo, pero les quiero dar las gracias a las dos, y a través de ellas a las hijas e hijos de todos ustedes, queridos compañeros, compañeros que se han austentado de sus casas, para dar una batalla inédita en la historia de Chile. Gracias a mis hijas, y a través de ellas, a todos los familiares de todos ustedes. Gracias a todos ustedes, pero en particular a los que están aquí al lado mío, colaboradores, todos, gracias, hemos hecho historia y me emociona, gracias. A tí Karen, gracias por acompañarme y ser una tremenda compañera, gracias, por haberse jugado todo, haber dejado todo, al igual que todos los que estamos acá, de haber encabezado conmigo, este recorrido por el cambio en Chile.

Hay quienes convirtieron la política en un club privado, hay quienes convirtieron la política en una pieza opaca en la que solamente se podía entrar si uno tenía finalmente una red, un pituto, donde finalmente en esa pieza, estaban los mismos de siempre. Los casi 70 mil chilenos que firmaron en para que pudiésemos inscribirnos demostraron que esa pieza, hay que oxigenarla, que a esa pieza hay que abrirles las ventanas, gracias a esos 70 mil chilenos que dieron su firma en una notaría y que hicieron historia, que batieron un récord, gracias porque han inscrito mucho más que un partido, han escrito un sueño en la historia de Chile.

Las cifras se están moviendo. Cada media hora vemos que se van reajustando, no nos engañemos, todas las cifras dicen lo mismo: los que soñamos con un Chile más limpio, más próspero y más moderno, más limpio más justo, somos la inmensa mayoría de los chilenos, y hoy ha triunfado un Chile más justo, y de eso no hay discusión sea la cifra que ustedes quieren leer, hemos triunfado, porque aquí se ha instalado para siempre, la convicción de que Chile debe ser más justo.

Los votos obtenidos hoy no los he ganado yo, los ha ganado Chile. Ha ganado Chile porque ha dicho fuerte y claro que no quiere volver atrás, se ha dicho fuerte y claro, a través de este candidato, a través de ustedes, que no queremos retroceder, que quiere que avancemos todos juntos en un futuro y un país inclusivo donde todos podamos vivir juntos, donde la felicidad sea un patrimonio de todos y no el privilegio de unos pocos.

Donde la educación y la salud, sean envidiados por los más pudientes, donde la educación y la salud pública, sea envidiada por los que más tienen, donde los diputados y los senadores, los empresarios y los gerentes, se peleen por meter a sus hijos en una educación decente y pública, ese es un sueño. Y que se escuche fuerte: un 20% de los chilenos quieren rescatar la política, un 20% de los chilenos quiere educación pública, salud pública, un 20% de los chilenos quieren que las mujeres tengan el derecho de elegir, tienen derecho de elegir sobre sus derechos sexuales y reproductivos, un 20 % de los chilenos han pedido salud publica, educación pública, derechos para las minorías sexuales, derechos sexuales reproductivos plenos, un 20% de los chilenos ha dicho fuerte a Chile, al presente y al futuro, que queremos no retroceder.

Así es que yo quiero ser en esto justo,esta ha sido una campaña histórica, en nueve meses hemos visto nacer un sueño, el sueño de un país que se levanta, que se pone de pie, que a pesar de tener distintas edades, distintas historias, distintas identidades, hemos cruzado todas las barreras, intentaron que no nos inscribiéramos, nos denostaron, no hubo un solo lobbysta, no hubo un solo presidente de partido, dirigente del pasado, yo los invito a leer las cifras, a leer la voz de Chile, a leer estas almas que hoy día concurrieron a una urna, y votaron como nunca antes en la historia de Chile por un candidato independiente, con pensamiento autónomo, que representa un liderazgo distinto, les digo a todos ustedes, bienvenidos, aquí está el liderazgo del 20% que ha hecho historia para quedarse.

Por esa mayoría, por ese Chile que quiere seguir cambiando, por ese sueño que no ha terminado, hoy hemos dado un primer paso. Caminando juntos para seguir cambiando Chile, y esta vez, es cierto y por ahora, no será desde La Moneda. Pero estamos aquí, y nuestras ideas están triunfando a esa hora. Escuchamos y escuchamos a los analistas y los candidatos, y están triunfando nuestras ideas, ya es inevitable el debate que hemos propuesto llegó para quedarse. Nunca más, un candidato hará campaña con promesas y gobernará con explicaciones.

Los chilenos han dicho fuerte y claro, que quieren que la política vuelva a ser el espacio donde se incuba el futuro, donde se administran ideas y no privilegios, lo quiero decir fuerte y claro para que no queden dudas, los he invitado a ustedes y han adherido, y lo han hecho como hombres y mujeres libres, en conciencia, con sueños y convicciones, sin lógicas patrimoniales. Se los dije a mi comité estratégico, se los dije a ustedes abajo, se lo digo a Chile, aquí a ninguno de nosotros se nos va un patrimonio, un privilegio o un sueldo, se nos va el sueño de los más pobres, porque a ustedes, a los más pobres, es para ustedes que lo hemos querido dar todo.

Honrando eso. Honrando la angustia de la clase media, el desamparo de los más pobres, esa enorme cantidad de chilenos que gana menos de 200 mil pesos, que vive ahorcado por Dicom, quiero decirles, yo no soy dueño de sus anhelos, soy apenas el mensajero y el vocero de lo que ustedes me han entregado. Y esa es una realidad que hace imposible cualquier pretensión de endosar los votos de ustedes. Se hace imposible que abuse de la confianza que me han dado. No tengo ninguna posibilidad, pero con una convicción, porque me nace del alma, de llamar a endosar votos a otro candidato. No lo haré, y no lo haremos, por respeto a los más pobres y más desamparados.

Por eso. Pero sé, pero lo sabemos, que la vieja política no lo entiende así, y está esperando la vieja política señales que no va a recibir. Cada uno de ustedes, como hombres y mujeres soberanos, mayores de edad, responsables, sabrá muy bien qué hacer en esta segunda vuelta que enfrenta a dos líderes del pasado.

Cada uno de ustedes sabrá qué hacer, como adultos libres y soberanos, qué hacer en esta segunda vuelta. Chile deberá elegir el 17 de enero entre dos proyectos que son mucho más del ayer, que del mañana; que son mucho más pasado que futuro.

Ninguno de los dos candidatos que quedan es la esperanza de un país distinto. Ellos no son el cambio. Ellos no son el futuro. Eduardo Frei y Sebastián Piñera se parecen demasiado. Aunque sus equipos de trabajo, a quienes representan, sean distintos.

Mi domicilio, nuestro domicilio es la izquierda progresista, no se pierdan, que nadie se engañe porque a nadie hemos engañado.

En este territorio, en esta Nueva Mayoría, caben todas las mujeres y hombres que, convocados por nuestro programa, adhieren a la idea matriz de cambiar Chile, desde un país de privilegios a un país de oportunidades.

Creemos que el valor de los cambios graduales pero firmes, y en un Estado eficiente como requisito para darle legitimidad a nuestro reclamo de que sea el brazo que regule el mercado e intervenga el mismo, y que asuma las tareas sociales, es perfectamente posible. Pues bien, el mercado es una herramienta, no es capaz de distribuir riqueza.

Desde esta realidad, arranca nuestra convicción dePiñera, el candidato del mundo conservador y de la derecha en particular, sería un retroceso histórico en nuestro país. Ninguna invocación al cambio, con perfume a recursos electorales, justificam una mirada condescendiente sobre las diferencias esenciales que nos separan. Sebastián Piñera no es el cambio, que nadie se engañe, el cambio propuesto por Piñera es un espejismo. La historia y sus actos lo avalan, sus propuestas en cultura y educación, lo demuestran, él es, la continuidad más triste del statu quo, él es, el conservador más opaco en educación pública, él representa lo más cruel del mercado. Debemos ser claros en nuestra decisión de descartarlo como una opción que parezca ser distinta entre dos males, que son, en definitiva, las dos candidaturas que ganaron, electoralmente hoy.

Entre Piñera y Frei, lo único distinto son los sectores sociales que los apoyan. Para mí es claro que el pueblo llano de la Concertación es tributario de un mundo de ideales y convicciones que han sido secuestrados por dirigencias, cúpulas, líderes del pasado, partidarios de un Chile del pasado, cúpulas partidarias que se han transformado en meros administradores de un modelo, de cuotas de poder y privilegios, de capturas, que han capturado no sólo la política, sino que también el Estado, para propósitos distintos que el bien común, que debería ser el principal y único propósito.

Por tanto, es necesario y parece imprescindible un acto de decencia política que se exprese en la renuncia de las dirigencias de los partidos de la Concertación.

No se trata de demonizar personas, pero se requiere de una señal clara y honesta en pro de la democracia, la tolerancia, el progresismo y la generosidad. Ninguno de esos atributos está presente en estos dirigentes partidarios. Es hora, de que si creen servidores públicos, si se creen hombres de este país,, dispuestos a darlo todo por Chile, a que renuncien.

Es necesario un programa nítidamente progresista y democrático. Una democracia abierta a todo el que quiera participar. El poder económico y político que hoy está groseramente concentrado debe ser abierto y las oportunidades de crecer y de surgir no pueden seguir siendo el privilegio de unos pocos.

Estas necesidades se traducen en tres reformas profundas y esenciales: una reforma tributaria que he defendido hasta la saciedad, que ha convocado a muchos de los candidatos, y lo valoro. Pero además, y no es suficiente, las reformas tributarias no son simplemente un qué sin que un para qué, ¿porqué queremos una reforma tributaria? queremos que lo ganan más paguen más impuestos, porque queremos más hospitales, queremos que Irma Castro, que fue operada cuatro días después de sus dolores de apendicitis sea operada en el día, queremos que Marcos Peña, de la Pintana, que está en silla de ruedas producto de la violencia irracional, tenga atención clínica inmediata. Para eso la reforma tributaria, para ustedes, para una educación pública decente, para una salud pública decente a la altura de lo que Chile se merece.

Y estos cambios deben ser hechos a través de un sistema político y, por eso, que debemos modernizar la política, y por eso, que parto mañana mismo a recorrer Chile, para rescatar la política para los chilenos. Necesitamos un Chile que tenga dirigentes políticos que defiendan una autoridad descentralizada, no es posible que los Intendentes sean finalmente líderes de la Colonia, yo quiero Intendentes electos por sufragio universal, y hoy un 20% de los chilenos lo han pedido.

Y no se trata sólo de Chile, se trata del progresismo que nos está mirando en el mundo, el mundo nos observa. Nos hemos reunido con los líderes latinoamericanos, y hoy nos observan. Tenemos una deuda pendiente y es tiempo de saldarla: yo quiero, queremos, la integración plena de América Latina, y hoy un 20% de los chilenos lo han pedido. Sin fronteras ideológicas, con respeto a la autodeterminación de los pueblos y en una política exterior de paz y de amistad, fortaleciendo los vínculos culturales y económicos.

Quiero aprovechar para agradecer las innumerables muestras de apoyo y reconocimiento que hemos recibido, muy particularmente, a los miembros de mi Comando, hombres y mujeres libres que lo han arriesgado todo. A los humanistas, a los ecologistas, a los socialistas, a los PPD que están aquí, a los radicales, a los Red, a los miristas, a los independientes, a la gente del MAS, a la SurDA, a todos los hombres y mujeres autónomas, que han arriesgado todo por Chile, gracias a todos ustedes.

Gracias a los líderes de la cultura, que no dejaron cooptar por el discurso del miedo, gracias a estos actores y directores de teatro, que aquí están, que han aguantado las amenazas y el miedo, que aquí están defendiendo esta candidatura, gracias porque vengo del mundo de la cultura y sé lo que significa, gracisa a ustedes de nombre y a nombre de todo Chile que nos apoya y de nuestro comando.

Agradezco, muy particularmente, a los miembros del comando por su enorme eficiencia de nuevo estilo, su generosidad e indestructible amistad. Y por, sobretodo, a Karen, que ha sido por su lucidez, brio, competencia y luminosidad reconocida por el país entero. Ella es la persona mas importante de mi vida junto a mis hijas y mis padres. Reafirmo en la intimidad de este mensaje todo mi amor y respeto por Karen.

Y permítanme un mensaje a los que nos están llamando a negociar. Quiero decirlo fuerte y claro, con la mejor dicción: no hay nada que negociar. No quiero cargos ni prebendas, escuchen fuerte, no queremos cargos ni prebendas, no negociaremos, porque nos sentimos honrados de chilenos dignos que se han expresado más allá de las fronteras del pasado. Si mis adversarios quieren el apoyo de quienes han votado por nosotros, escuchen sus demandas, tan simplemente como eso.

He recibido este apoyo histórico, y lo honraré. Lo he recibido, y lo tomo como una misión, y seguiré entregado a hacer realidad los sueños, no sólo de los que votaron por mí, también de los millones de jóvenes ausentes que no pudieron votar, a ustedes les digo, los he escuchado, de Arica a Punta Arenas, y los seguiré representando, protestando y rebelándome contra la inercia y el inmovilismo en política.

Invito a todos los que nos apoyaron, también a los chilenos que están fuera de Chile y que no tienen derecho a voto, a ustedes, que son tan chilenos como los que viven en Chile, quiero decirles que gracias por apoyar esta misión. Los invito a seguir trabajando por Chile, a recorrer cada rincón, les he pedido a todos los que están aquí, que mañana se levanten temprano, que recorran cada una de las comunas, en La Calera, en Quillota, en Talca, "Teo" en Rancagua, Carlos en Limache, a todos ustedes, Camilo en Linares, a todos, quiero pedirles que recorran Chile día y noche, porque por ahora no hemos ganado, pero queda mucho por defender y por encarnar.

A nombre de todos, y para abrir esta nueva etapa, les quiero dar una misión a todos los que han votado por nosotros. A luchar, no aflojen, a trabajar.

Viva el pueblo, vivan los trabajadores, viva Chile.

Quiero terminar, con la fuerza que todos ustedes me han dado. Con la fuerza de Max, de Cristián, de Carlos, de Carolina. De mi madre. De todos ustedes. De Claudia, Mauricio, de todos los que me han acompañado, Efrén... todos, y se me van a olvidar miles... de Ciro, muchos de ustedes que me han acompañado. Decirles, que tengo atrás mío a mi padre, quien me adoptó y me salvó la vida. Que juntos gritemos, tal como lo hizo un hombre que murió el año ´74, un hombre que terminaba todos sus discursos de la misma manera,

Adelante, adelante, con todas las fuerzas de la historia...

Un abrazo.

Discurso de Marco Enríquez-Ominami, la noche del 13 de diciembre del 2009, Palacio Concha y Toro, Santiago de Chile de América.







1 comentarios:

Anónimo dijo...

Compañeros de Andamios,
cual es la significación del discurso de este personaje en su página? Es un apoyo o cercanía explícita con las ideas de MEO??