12/12/2008

Por la Autodeterminación hacia la Independencia de Euskal Herria y 30 años de Constitución Española

AUTODETERMINAZIOAREN BIDETIK, INDEPENDENTZIA!
El treinta aniversario de la Constitución Española se presenta ante la
sociedad vasca en un momento de gran trascendencia política. El
instrumento que canalizó la transición post-franquista, negando a
Euskal Herria los derechos democráticos que como nación le
corresponden y estableciendo unas relaciones de dependencia y
subordinación político-económica, sigue situándose como tótem
determinante del unionismo español para mantener el conflicto de
soberanía entre Euskal Herria y el Estado Español.

Hablar de la Constitución Española es, así mismo, hablar de las ramas
que surgen de ese tronco jurídico-político: los estatutos de
autonomía. No se pueden considerar los estatutos como algo al margen
de la Constitución como, en ocasiones, nos han querido presentar
dirigentes del PNV para obviar sus limitaciones estructurales y dar
cobertura a su apuesta política. Eso es un fraude analítico y, por
supuesto, político. Así pues, la Constitución y estatutos forman un
mismo bloque jurídico-político.

1.-La operación constitucional y estatutaria

Treinta años es tiempo suficiente para poder hacer un balance
profundo, sereno y sosegado sobre la evolución política en Euskal
Herria y el proceso de liberación nacional que enfrenta a sus sectores
trabajadores y populares con el Estado Español. Y es que, en muchas
ocasiones, la densidad de la niebla política presente en una
determinada coyuntura suele impedir evaluar adecuadamente las
diferentes fases cubiertas en términos de proceso de liberación
nacional.

En primer lugar, recordar que ante la operación diseñada por los
poderes fácticos económicos y militares, pretendiendo perpetuar la
opresión nacional y de clase del franquismo con un mero maquillaje
político, sólo la izquierda abertzale se alzó en posiciones de
denuncia, resistencia y alternativa política.

Hoy, transcurridos 30 años, escuchamos voces que, en un ejercicio de
honestidad tardía pero bienvenida, reconocen abiertamente que la
transición se hizo bajo el control y el chantaje de un Ejército
Español y unos sectores oligárquicos que impusieron con claridad los
límites de la llamada reforma política. La unidad de España en un
nuevo marco de organización territorial interna, la propiedad privada,
la monarquía, la bandera y una "ley de punto final" sobre los crímenes
de la Dictadura eran los mimbres sobre los cuales debía construirse la
"joven democracia española".

Curiosamente, esa "ley de la amnistía" de 1977 se sitúa ahora como
cortafuegos para evitar el juicio político y penal a un franquismo
convertido en uno de los pocos regímenes fascistas inmunes a su
política criminal.

Fueron pues esos mimbres, aceptados y legitimados por sectores de la
izquierda española y el nacionalismo vasco, los que dieron carta de
credibilidad a la reforma del franquismo, condicionando, como
consecuencia, alternativas políticas y sociales progresistas. Así
pues, el pacto constitucional y los pactos de la Moncloa fueron las
dos caras de una transición tutelada y dirigida por el espíritu del
franquismo.

Ahora, cuando esa transición tiene en Euskal Herria, en términos
políticos, evidentes síntomas de agotamiento, la izquierda abertzale
no quiere quedarse anclada en aquellas referencias aunque, eso sí, al
mirar al futuro es necesario disponer de una perspectiva pedagógica
sobre ese momento histórico. Sencillamente, porque, tal y como está
escrito, "los pueblos que olvidan su propia historia están condenados
a repetirla".

2.-Los objetivos de la operación

En la operación constitucional-estatutaria el objetivo por parte del
Estado era claro: buscar la aniquilación política del proyecto
independentista legitimando un status de partición territorial y
ausencia de soberanía. La división del sujeto nacional en Hego Euskal
Herria, como en el caso de los Països Catalans, pretendía negar el
propio sujeto político vasco y, a su vez, la configuración artificial
del mapa territorial (17 autonomías) intentaba neutralizar con
"autonomías" el problema nacional interno.

La imposición de ese instrumento jurídico-político, con la cesión de
la gestión autonómica al PNV y PSN, iba ligada al combate represivo de
la disidencia y resistencia encarnada en la izquierda abertzale. Desde
leyes especiales hasta los crímenes de Estado (GAL y otros) los
diferentes Gobiernos han pretendido la reinserción política de la
izquierda independentista en el modelo constitucional.

3.-Balance político

Los independentistas de izquierda hemos hecho frente a esa situación
desde la organización del pueblo, la lucha en ayuntamientos y
parlamentos, la lucha sindical, la lucha popular... y podemos afirmar
con humildad que, aunque con errores y fracasos parciales, hemos
desenmascarado primero y agotado después el marco constitucional
estatutario que se ha querido imponer a Euskal Herria.

Hoy, sin lugar a dudas, afirmamos que el marco constitucional
estatutario no tiene ni credibilidad ni capacidad de recorrido
estratégico. La mayoría popular vasca tiene la voluntad de construir
su futuro desde parámetros sustancial y radicalmente diferentes a los
impuestos por la Constitución y los estatutos particionistas.

Hoy manifestamos con rotundidad que las condiciones objetivas y
subjetivas para el cambio político son una realidad constatable en el
tejido social y popular de Euskal Herria.

Al mismo tiempo, el número de ciudadanas y ciudadanos que aspiran a
construir un Estado Vasco en Europa se ha ido incrementando en las
últimas décadas, pudiéndose afirmar que, en un escenario democrático,
podrían ser mayoría en nuestro país. Esta realidad se cimenta, además,
en la constatación de que la Comunidad Internacional y más
concretamente la Unión Europea, asiste al nacimiento de nuevos Estados
como fruto de la voluntad democrática de diferentes naciones. Los
ejemplos de Irlanda, Escocia, Flandes, Groenlandia… o hace unos años
Eslovenia, Eslovaquia, Bielorrusia, Lituania… son el reflejo nítido de
una coyuntura internacional donde la voluntad de los pueblos por
acceder a un status de Estado sigue abriéndose paso en el escenario
europeo.




Así mismo y desde nuestra posición de izquierda transformadora,
asistimos con ilusión y expectación a los nuevos fenómenos que se
desarrollan a nivel mundial, fundamentalmente en América Latina.
Procesos convertidos en una segunda lucha por la Soberanía Política y
Económica por su enfrentamiento al colonialismo que vienen ejerciendo
las multinacionales y el capital financiero internacional.

Por eso, cuando nos hallamos involucrados en la enésima crisis cíclica
del capitalismo, reafirmamos nuestra voluntad de defensa de los
intereses del pueblo trabajador vasco en su combate por un modelo
social alternativo.

4.-La actual situación: nuestros retos

Desde estas coordenadas reflexivas la izquierda abertzale considera
que Euskal Herria está en condiciones de abrir un nuevo ciclo
político. El pulso actual, a modo de tránsito de un modelo agotado a
un nuevo escenario que no termina de definirse en sus bases políticas,
constata esas variables tanto en el debate político como en la
estrategia del Estado en general.

En esta coyuntura los y las independentistas y socialistas vascas
tenemos un importante reto: construir una estrategia eficaz para
alcanzar nuestros objetivos tácticos y alimentar el planteamiento
estratégico, es decir, una estrategia eficaz para alcanzar un
escenario democrático, que abra las puertas a la posibilidad de
materialización de todas las opciones políticas, y para reforzar el
proyecto independentista y socialista.

Desde esa referencia nuestras tareas consistirán en:

a) Neutralizar las intenciones del PNV de reeditar el pasado con
"conciertos políticos" que pretenden cortocircuitar un cambio político
basado en el reconocimiento de Euskal Herria como nación. Las
hipotecas políticas y económicas de este partido no pueden, otra vez,
convertirse en las hipotecas del conjunto del Pueblo Vasco.

Los intentos de reeditar viejas fórmulas autonomistas, repitiendo los
errores de hace 30 años, deben ser neutralizados por los sectores
independentistas vascos. En ese sentido, los y las independentistas
debemos aglutinar nuestras fuerzas y conformar un bloque popular
independentista capaz de convertirse en un polo alternativo a quienes
quieren regenerar los vigentes mecanismos de negación e imposición
dando la espalda al sentir popular abertzale y progresista.

b) Construir una alternativa real y eficaz que oferte al Pueblo Vasco
los instrumentos políticos, sociales, organizativos e institucionales
para iniciar la andadura desde la actual realidad hasta la
construcción del Estado Vasco. La construcción de ese Estado deberá
articular el sujeto nacional vasco y, al mismo tiempo, plantear una
alternativa real al modelo social imperante situando los intereses de
los y las trabajadoras y las capas populares en el centro de la
actividad política e institucional.


c) Construir un proceso de diálogo y negociación política que conduzca
a Euskal Herria, desde el reconocimiento nacional y el respeto a la
voluntad de la ciudadanía vasca, a un escenario de paz justa, estable
y duradera. En ese sentido, nos reafirmamos en el camino emprendido
con la Declaración de Anoeta, entendiendo que sólo desde la
negociación y el diálogo será posible superar en términos democráticos
el conflicto político, abordando soluciones integrales que, entre
otras cosas, permitan la liberación de todos los presos y presas
políticas vascas.

d) Vertebrar una respuesta a la represión y apartheid político e
institucional, articulando un amplio frente popular contra la
vulneración sistemática de derechos civiles y políticos, la represión
y la persecución de sectores de la sociedad vasca.

Por todo ello, hacemos un llamamiento a los sectores independentistas
a aunar esfuerzos para hacer frente con eficacia a dichos retos y
tareas.

Finalmente y en sintonía con los retos y tareas planteadas,
consideramos necesario que todos los agentes sindicales, sociales y
políticos que compartimos dichos objetivos abordemos un debate y una
reflexión de carácter estratégico.

Nuestra disposición para todo ello es sincera, nuestra voluntad también.


En Euskal Herria, a 6 de diciembre de 2008.
Izquierda Independentista Vasca

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