El escritor y político venezolano Amílcar Figueroa Salazar definió a la revolución venezolana como una creación heroica, -parafraseando al peruano José Carlos Mariátegui, porque tiene características propias y no se parece a ningún otro proceso.
“Creo que el gran aporte del comandante Hugo Chávez es haber liderado un proceso pensado acorde a las características venezolanas”, señaló el escritor.
Figueroa Salazar tomó un despacho prestado en el enorme edificio del Parque Central, en pleno centro de Caracas, para hablar del proceso venezolano. Con una dilatada trayectoria en la lucha revolucionaria, es uno de los pocos intelectuales que se atrevió a enfrentar la histórica polémica: ¿Reforma o Revolución?
Los cambios que se viven en el país ameritan ir más allá de la crónica del desarrollo de la revolución bolivariana. Y Figueroa Salazar lo hace desde el análisis en el contexto latinoamericano y desde las circunstancias en que se desenvuelven.
Es diputado del Parlamento Latinoamericano, (Parlatino), por Venezuela, Presidente Alterno del mismo, y miembro del Buró Político-Regional Caracas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
¿Quién analiza el proceso venezolano en la actualidad?
Hay muy poco trabajo de análisis sobre el actual proceso. Hay muchos libros de naturaleza propagandística-militante. Tenemos un Presidente de la República que es un excelente educador y comunicador.
Personalmente con el libro ¿Reforma o Revolución en América Latina? El proceso venezolano, (ocean sur), pretendo difundir una lectura objetiva e, incluso, hasta puede servir de referencia para analizar los problemas.
Pero, por otro lado, creo que se necesita mucho más análisis. Ver la situación de América Latina desde otra óptica y enriquecer la revolución bolivariana.
En ese contexto, el Partido Socialista Unido de Venezuela, (PSUV), necesita más pensamiento crítico desde la perspectiva revolucionaria, no de la oposición, y esa necesidad surge porque la izquierda venezolana claudicó ante la Revolución Bolivariana. Algunos izquierdistas se fueron a la derecha y otros se sumaron sin hacer un aporte significativo. Entonces, cabe preguntarse: ¿Cuál era el rol de la izquierda marxista en el proceso? Aportar un pensamiento social avanzado al proceso bolivariano para amasar un pensamiento latinoamericano. Ahora se reactualizó la discusión, si un solo país puede hacer la revolución.
El proceso revolucionario bolivariano ha hechos cambios profundos, entre ellos ampliar la democracia. Pasar de una democracia representativa a una participativa. Pero cuando se pasa a la etapa de construcción socialista aparecen otros interrogantes bien complejos. Por ejemplo si es posible construir el socialismo sin el desarrollo de las bases sociales, y allí surge la idea de la “complementaridad” que nos puede ayudar a pensar en los niveles que tuvo este proceso. Si esos países con gobiernos progresistas que generaron una corriente a nivel continental no apuntan de una u otra forma en la misma dirección, será dificultoso para Venezuela seguir avanzando. Aunque los procesos sean de naturaleza diferente. No es lo mismo las transformaciones que sucedieron en Bolivia que las que están sucediendo en Nicaragua.
A partir de la Revolución Bolivariana en América Latina se produjo una especie de oleada de cambios profundos que permitió que a través del proceso democrático se dieran transformaciones en diversos países con cualidades distintas y desarrollos desiguales; ahora la lucha por el socialismo en América Latina significa un punto de alcance del pensamiento crítico, con mucha más profundidad social, por eso se plantea la construcción de un movimiento que vaya más allá de las fronteras donde se conjuguen todas las rebeldías, disidencias, modelos alternativos en la búsqueda de una construcción teórica; lo cual permitiría primero combinar ciertas posibilidades que nosotros tenemos, como el 25% de las reservas hídricas del mundo, un buen porcentaje de energía y una biodiversidad enorme, que daría una base material para que el proyecto socialista sea sustentable.
Pero también hay que advertir que la resistencia a los cambios no está solo afuera sino que hay sectores que resisten adentro. Todavía hay ideas neoliberales camufladas adentro de la revolución y por supuesto alentada por el enemigo que es poderoso y está constantemente ensayando formas de penetración ideológica.
No hay que olvidarse que la batalla cultural no se la gana de un día para otro, y la revolución no expropió a los medios de comunicación que forman el ariete que usa el enemigo para esta batalla. La lucha no cesa.
¿Cómo superar el capitalismo?
Podemos observar que el capitalismo en Venezuela tuvo un desarrollo muy particular. Hubo una economía petrolera rentista por un siglo que marcó el común de la sociedad, la caracterizó en su estado, en su pensamiento, en su cultura, en sus costumbres. El sistema capitalista se impuso en la sociedad venezolana a la sombra de la economía minera-petrolera. O sea enfrentar esa situación supuso un primer reto la superación de ese capitalismo que es la base de los problemas. Cambiar ese capitalismo por un socialismo productivo.
¿Y la clase obrera de Venezuela?
Sin pasar por las fases del capitalismo clásico, la economía petrolera generó una estructura de clases, entre cuyas características resalta que el proletariado fabril ha sido escaso y que el ingreso proveniente de la renta permitió la temprana formación de una especie de aristocracia obrera en las ramas emblemáticas de la economía, factor que ha sido en detrimento de que esta clase se constituya en el sujeto histórico del cambio. En ese sentido, la revolución bolivariana es atípica.
Es una revolución donde la clase obrera casi no tuvo incidencia.
La economía petrolera consume muy poca mano de obra, ahora ha crecido bastante el sector petrolero. Desde el obrero menos calificado hasta el ministro suman75 mil personas las que trabajan y producen la mayor cantidad de producto interno del país.
Eso es lo que genera la industria petrolera. Pero a la vez el sector petrolero genera un Estado fuerte e hizo que la gente dejara el campo para concentrarse en las ciudades. Es así que el 85% de la población venezolana ocupa solamente la franja costera quedando despoblado el resto del país. Venezuela no se vio forzada a generar manufactura.
Nosotros tenemos una serie de fuerzas sociales interesadas en el cambio, por supuesto que incluye la clase obrera, pero que no es esta solamente y eso es una diferencia sustancial.
¿Cuál es la base del proceso venezolano?
Finalmente siempre se ha dicho que la revolución descansa sobre la alianza cívico militar. Lo cívico incluye sectores muy diversos de las clases empobrecidas, no necesariamente obrera; y en lo militar, siempre hubo una simiente popular en las fuerzas armadas. Varios ejemplos sustentan esta teoría. Los levantamientos de militares de izquierda que hubo en los años 60, los contactos entre los oficiales y el PC, y el origen de las fuerzas armadas venezolanas con la impronta de Simón Bolívar .
Precisamente, el actual proceso se remonta a la historia misma venezolana. Desde Simón Bolívar pasando por las acciones de militares nacionalistas y la guerrilla de los años 60.
En 1957, el Partido Comunista organizó la Comisión Militar para trabajar con los militares nacionalistas y se puede decir que el derrocamiento del régimen personalista que presidió Marcos Pérez Jiménez que se produjo el 23 de enero de 1958 se debió a esa alianza cívico-militar que formó el PC.
Pero debemos reconocer que, en un primer momento, la Revolución Bolivariana extrae sus contenidos de la poesía de nuestro pasado: El núcleo central del pensamiento del Libertador Simón Bolívar. Independencia. Soberanía. Redención Social y Unidad Continental constituyó el principio rector de aquellas primeras jornadas.
¿Por qué es necesario un movimiento bolivariano continental?
Porque la lucha por la unidad de América Latina está cruzada por varias dificultades, y una lucha por la unión de los pueblos no se puede dar separada de la lucha por el socialismo.
Esta no es una discusión subalterna, mucho menos si tomamos en cuenta la ola de cambios políticos que se han producido en el continente durante los últimos diez años. Las rutas son distintas, al lado de regímenes tremendamente reaccionarios como los de Colombia y Perú se produce una serie de cambios políticos progresistas: unos se encaminan para la reforma y otros por la revolución. Esto se encuentra dialécticamente relacionado con el grado de desarrollo de la lucha social y la conciencia social en cada uno de nuestros países donde debemos advertir que los triunfos electorales no necesariamente se corresponden con un mayor grado de desarrollo de los movimientos sociales, de la lucha social, de la conciencia social. Brasil es un ejemplo claro. El movimiento obrero, el Movimiento Sin Tierra sufrieron un frenazo ante la expectativa reformista.
Otros problemas, no menos importantes, estarían referidos a que no habrá unidad verdadera de América del Sur con el Plan Colombia ni con el poblamiento de bases militares imperialistas.
¿Cómo construirlo?
La lucha por el socialismo en América Latina tiene otro alcance, es más profunda socialmente, y pasa por la construcción de un movimiento que vaya más allá de las fronteras nacionales y debe conjugar todos las rebeldías, todas las disidencias, todos los modelos alternativos que se están desarrollando, y deben buscar finalmente una construcción teórica para propiciar el cambio necesario en el Continente.
Ya lo dijimos antes. Con los recursos naturales, el buen porcentaje energético, y con la mayor reserva de biodiversidad, tenemos una buena combinación, una buena base material donde el proyecto sea sustentable.
11/06/2009
Amílcar Figueroa S.:La revolución venezolana es una creación heroica. Por Pedro Jorge Solans
Etiquetas: nuestramérica, venezuela
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario