Palabras de Ricardo Alarcón de Quesada en el Acto de entrega de la Condecoración “ASAMBLEA NACIONAL DE LA REPÚBLICA DEL ECUADOR, GENERAL ELOY ALFARO DELGADO” al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. La Habana, 26 de mayo de 2010
Compañero José Ramón Machado Ventura
Primer Vicepresidente del Consejo de Estado
Excmo. Sr. Fernando Cordero Cueva
presidente de la Asamblea Nacional de la República de Ecuador
Distinguidos miembros de la delegación de Ecuador:
Ustedes decidieron entregar al Compañero Fidel Castro, Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, la condecoración “Asamblea Nacional de la República de Ecuador, General Eloy Alfaro”, el más alto reconocimiento que concede el Poder Legislativo ecuatoriano.
Ese acto es expresión inequívoca de la amistad y la solidaridad entre el Ecuador y Cuba.
Esta condecoración lleva el nombre del General Eloy Alfaro Delgado, cuya trayectoria de lucha por su nación, lo hizo merecedor del respeto, la admiración y el homenaje perpetuo de todos sus conciudadanos, de los pueblos de América Latina y de todos los que en el mundo han conocido de su patriotismo, de su arrojo en el combate y su entrega a la patria y a la humanidad. Porque Alfaro supo conjugar su amor al pueblo ecuatoriano y a sus afanes de justicia con un ejemplar espíritu internacionalista que se expresó especialmente en su generosa solidaridad con Cuba.
Eloy Alfaro sostuvo relaciones de amistad con los hermanos Maceo, Máximo Gómez, Flor Crombet, Francisco Carrillo y Eusebio Hernández, a quienes conoció en Panamá a fines de la década del 70, cuando concluyeron las acciones bélicas en la manigua cubana con la derrota del Zanjón, que obligó a los principales jefes mambises a peregrinar por tierras americanas en busca de apoyo para reanudar la lucha.
También cultivó entrañable amistad con José Martí, a quien encontró por primera vez en Nueva York y desde entonces mantuvo frecuente comunicación con nuestro Apóstol.
Ese fue el cimiento del compromiso de Alfaro con los esfuerzos por la independencia de Cuba, junto con su afán por la refundación de Ecuador.
A ello mantuvo fidelidad durante sus dos períodos consecutivos como Presidente de Ecuador cuando ayudó de forma efectiva al movimiento revolucionario de Cuba y América Latina.
Al hablar de la historia de nuestros países, creo oportuno mencionar un hecho relevante que influyó en el gran ecuatoriano en su especial inclinación hacia nuestra patria. Se trata de la historia de un joven ecuatoriano - cubano al que Antonio José de Sucre rindió postrer tributo.
Abdón Calderón de Garaycoa, hijo de emigrado cubano con una ecuatoriana, se unió con 17 años a las tropas del gran Mariscal de Ayacucho, escaló el Pichincha con el estandarte de la emancipación en sus manos y cuando sintió la metralla enemiga en su pecho, le gritó a sus compañeros que siguieran avanzando con él para conquistar la alta montaña, una fuerte plaza de los colonialistas, que finalmente fue tomada y selló la independencia de Ecuador.
Estimados amigos:
Nos unen la sangre y los sacrificios que grabó para siempre la batalla de Pichincha, el 24 de mayo de 1824, hace 188 años. Esa amistad y solidaridad de los pueblos y gobiernos de Cuba y Ecuador son más profundas y sólidas que nunca, ahora, que la revolución ciudadana conducida por el Presidente Rafael Correa hace revivir el espíritu alfarista y Nuestra América vive una época nueva que será la de la verdadera independencia en la que nuestros pueblos conquistarán toda la justicia.
Se concede esta condecoración “en atención a la dignidad y a los méritos excepcionales” de Fidel Castro. Son muchas las razones que hacen a Fidel merecedor de ella.
Entre todas destaco su dedicación total a la causa de su pueblo al que supo rescatar del abismo y conducirlo durante medio siglo de resistencia y creación. Grandes han sido los riesgos y las dificultades. Él y su pueblo han debido arrostrar el odio de los poderosos y la inquina de los mediocres.
Fidel y su pueblo sabemos el valor de la advertencia martiana: “Quien se levanta hoy con Cuba se levanta para todos los tiempos.”
Por eso apreciamos profundamente el gesto solidario que Ustedes nos traen del queridísimo y fraterno Ecuador.
Estimado Presidente Cordero, queridos hermanos y hermanas, interpreto el sentir y la voluntad de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro, al expresarles el agradecimiento más sincero y el compromiso de siempre con el pueblo ecuatoriano.
¡Viva la amistad eterna entre Cuba y Ecuador!
Hasta la Victoria Siempre
6/04/2010
Eloy Alfaro, ejemplar espíritu internacionalista
Etiquetas: cuba, ecuador, nuestramérica
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