"En lo ajeno reina la desgracia" dice la sabiduría popular. La Concertación tomó prestado para si, en 1990, el extremista modelo neoliberal que dejó como herencia la brutal dictadura de Pinochet. Y durante 20 años lo administró con tal "fe neoliberal" que hasta lo dejó instalado en el selecto club neoliberal de la OECD. Por tanto, desde la perspectiva del neoliberalismo mundial, los gobiernos de la Concertación fueron excepcionalmente exitosos.
Vestirse con lo prestado es un juego riesgoso. Creer, además, que lo prestado es la identidad histórica de uno mismo es, lisa y llanamente, alienación. O esquizofrenia. Dejar como legado, por un lado, un Museo de la Memoria (con los crímenes de la dictadura) y, por otro, al modelo chileno instalado en la OECD es, en lógica pura, deambular por la historia sin rumbo. Girando en círculos. Disparando "díscolos" a derecha e izquierda. En 1998 un informe del PNUD declaró que los chilenos estaban corroídos por dentro por un grave "malestar interior". El mismo que corroyó el alma histórica de la Concertación y la confianza de la ciudadanía progresista en ella. No se puede hacer política con ropa prestada. Ni pretender ser social-cristiano o socialista cuando en los hechos se es neoliberal. Ni negarse a reconocer la mentira.
La coalición genéticamente neoliberal (que apoyó al candidato triunfante) gozó de una vacación política de cuatro ilustros: sus adversarios gobernaron impecablemente como si fuera ella. Así que pudo desplegar una inédita oposición populista. Es primera vez, desde 1932,que una coalición de derecha gana la presidencia por mayoría absoluta. Es un hecho insólito, tanto más, si se considera que el 68% de los chilenos no tiene hoy contrato laboral permanente, sino precarista; que otro 68% gana menos de $180.000 mensuales, que el 62% de los niños que nacen en un año son "huachos" (sin familia constituida); que el 46% de los chilenos padece de neurosis o depresión; que el 66% de ellos no lee ningún libro al año; que la tasa de delincuencia se mantiene alta e intratable; que se está impulsando otra militarizada "pacificación de la Araucanía", etc. El gobierno genéticamente neoliberal que se inicia este año tendrá, pues, que lidiar con los males generados por el mismo neoliberalismo, sin salirse de las pautas de decencia legal exigidas por la OECD, los tratados de libre comercio y las inefables clasificadoras de riesgo. La Alianza triunfante tendrá que enfrentar esos problemas sin poder suprimir las causas que los producen (como le ocurrió a la Concertación). Sería suicida. Así que no puede cambiar nada. Será más de lo mismo.
Por tanto, los ciudadanos progresistas que votaron neoliberal recargado, no verán resueltos sus problemas. Tal vez, se compliquen. Con el agravante de que no habrá más "museos de la memoria". Y esto, precisamente, reactivará la memoria viva de la ciudadanía. La de la Dictadura y la del Mercado. Y de esa memoria viva es mejor que el nuevo gobierno sepa precaverse. Pues allí sigue, agazapada, la verdadera soberanía popular.
tomado de lun.com
1/21/2010
¿Neoliberalismo recargado?. Gabriel Salazar.
Etiquetas: chile
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1 comentarios:
Pedagógico y andragógico el comentario de Gabriel Salazar. Tuve la suerte de verlo exponer y dialogar en un Excelente Seminario sobre Cultura, Patrimonio e Identidad que se realizó en Ancud, en donde justíficó plenamente su trayectoria académica, sus galardones. Por ello se explica el pánico que le tiene la derecha más recalcitrante y el temor que despierta en la encapsulada camarilla de poder que se entregó en cuerpo y alma al modelo neoliberal y que en marzo entrega a sus verdaderos dueños el latifundio llamado Chile.
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