Palabras de Manuel en la despedida de Fernando Cádiz: Nuestro Homenaje.

Toda muerte es signo de derrota, de impotencia radical, de que no nos la podemos con nuestros desplantes de hombres y mujeres que en un momento nos sentimos fuertes, y gritamos “victoria!” creyéndonos invencibles…
Fuegos fatuos – porque somos vencibles.
Tu cuerpo que aquí yace es signo de nuestra derrota.
Pero no, Fernando, tú me pediste que hablara el día de tu muerte.
Eso significa que me diste tu palabra para que, en nombre tuyo, se siguiera hablando y actuando y luchando, y para que les diga a todos que la palabra que Fernando no pudo decir,sigue él diciéndola desde su vida en nosotros, porque aunque muerto, he aquí que vive en esa palabra suya que nos ha dejado.

Esa su palabra alerta sigue viva, ardiente, constructora de un mundo y la tenemos todos – todas, para que corra de boca en boca con la noticia de que el que lucha no muere,porque hay miles que se levantan a decir su palabra y a pasarla de mano en mano como una antorcha ardiente, para que su fuego se propague y todos entiendan que aquello que murió en Fernando, no murió, sino que vive en nosotros, en sus hijas, en su hijo, en sus compañeras y compañeros, en nosotras y nosotros.

Tú no querías morir, Fernando, pero sabías, clarividente como pocos, que ibas a morir, pero también, que ibas a seguir viviendo en nosotros, con nosotros.

Por eso estuviste hasta el fin pensando y recordando lo hecho y lo no hecho y planeando lo mucho que queda todavía por hacer.

Fernando,
Luchador vencido, hombre y hermano,
Te fuiste
pero te quedas como semilla,
viviendo en los muchos que te quisimos
y queremos continuar contigo construyendo el mundo nuevo que no viste
que no vemos todavía,
pero que algunos verán – y todos veremos – con los ojos de otros – que serán también nuestros ojos – el “canto de todos que es el mismo canto” -
algún día
cuando, de seguro, tú estarás con nosotros y con los “ellos” que seremos también nosotros,
no sé cómo ni cuando –
a lo mejor, tú ya lo sabes.